Gabriel Gil, un militar de 41 años tetrapléjico desde hace 22 tras sufrir un accidente de coche cuando se encontraba en la brigada de zapadores de Cartagena, estaba ayer solo y acostado en su casa de la calle Numancia cuando los agentes reventaron la puerta para realizar un registro con la ayuda de dos perros. Tras finalizar la intervención Gabriel indicó a este diario, todavía nervioso mientras su mujer Rosa Flores lloraba a su lado, que iba a denunciar a la Policía por haberle destrozado la casa en el registro y por el "trato indigno de haberme tenido cuatro horas en la cama sin dejar entrar a mi mujer para ayudarme a levantarme".

Afirma que la Policía se ha "equivocado porque en mi casa ni consumimos ni vendemos droga y la prueba está en que se han ido sin nada", señaló. Sin embargo la Policía mantiene que no ha habido ningún error y que el discapacitado no fue molestado en el registro.