Una adolescente de 14 años, su padre y su tío, que era el piloto, fallecieron al mediodía de ayer tras estrellarse en Castalla la avioneta en la que viajaban. El aparato, que había despegado desde el aeródromo de Mutxamel, se accidentó en un campo de olivos situado a escasos 500 metros del casco urbano, y los tres murieron en el acto. Aunque se desconocen todavía las causas concretas del suceso, los primeros indicios apuntan a un fallo mecánico o a algún problema con el combustible, lo que habría obligado al piloto a intentar sin éxito un aterrizaje de emergencia. El siniestro ha ocasionado profunda consternación en Castalla, toda vez que padre e hija residían en el municipio, mientras que su tío lo hacía en Alicante.

El accidente se produjo a las 12,37 horas en un paraje conocido como Paraeta Espí, a unos 500 metros del casco urbano de Castalla y cerca de la carretera que sirve de acceso al Xorret de Catí. También en las proximidades se encuentra el instituto del municipio, que ayer se encontraba cerrado al tratarse de una jornada festiva. La avioneta, que había despegado del aeródromo de Mutxamel, fue a estrellarse en un campo de olivos situado a escasa distancia de una casa de campo deshabitada y en proceso de construcción.

El aparato chocó contra un margen de piedra, y el impacto fue lo suficientemente duro para que provocara un gran estruendo y partiese la cabina de los pasajeros en dos, lo que propició que saliesen despedidos y falleciesen en el acto. La violencia del accidente también hizo saltar por los aires numerosas piezas de la avioneta, hasta el punto que se podían observar restos del aparato esparcidos en un radio de un centenar de metros.

Si bien en el inmueble junto al que cayó la aeronave no había nadie, sí estaban ocupadas en cambio otras casas de campo cercanas, cuyos inquilinos fueron los encargados de dar el aviso del accidente al 112.

En pocos minutos se personaron en el lugar de los hechos efectivos de la Guardia Civil, Policía Local, bomberos y ambulancias, que ya no pudieron hacer nada por la vida de los tres ocupantes de la avioneta. También acudieron integrantes de la Policía Judicial, que procedieron a realizar una inspección de la zona.

El levantamiento de los cadáveres se produjo poco antes de las cuatro de la tarde, después de que el juez de guardia cursara la correspondiente orden en este sentido.

Los fallecidos fueron trasladados al Instituto Anatómico Forense de Alicante, donde está previsto que durante la jornada de hoy les sean practicadas las autopsias.

Por el momento se desconocen las razones concretas del accidente, aunque los primeros indicios, de acuerdo con las distintas fuentes consultadas, apuntan a la posibilidad de un fallo mecánico o un problema con el combustible, lo que habría obligado al piloto a intentar sin éxito un aterrizaje de emergencia.

Este último extremo era corroborado por diversos testigos presenciales, que explicaron a este diario que la avioneta estuvo durante un tiempo dando vueltas por la zona sin un rumbo fijo. "Me ha sorprendido que volase tan bajo, y me da la sensación de que estaba buscando un sitio donde poder aterrizar, y que incluso esquivaba las casas de campo que se encontraba a su paso", manifestaba un vecino.

El impacto fue brutal, tal y como lo señalaban otros curiosos que se habían acercado a la zona. "Yo estaba en mi casa dentro del pueblo, y desde allí he podido escuchar el ruido", destacaba un hombre que todavía no salía de su asombro.

Sea como fuere, lo cierto es que el suceso ha provocado una profunda consternación en Castalla, sobre todo tras conocerse la identidad de los fallecidos. En un primer momento de confusión sólo se conoció que se trataba de una mujer y dos hombres, y además a la chica se le atribuía una edad mayor de la real.

Al final se pudo constatar que los fallecidos eran en realidad José Antonio Pérez, de 49 años, su hija Belén, de 14, y el tío de la joven, Ricardo, de 46, que era instructor de vuelo y el que pilotaba la aeronave.

El padre era natural de Onil, aunque residía en Castalla desde hace muchos años junto a su mujer y su hija. Por su parte, y de acuerdo con la información facilitada, el tío residía en Alicante. La madre de la adolescente y su hermana, ambas de Castalla, se han quedado viudas como consecuencia del desgraciado accidente.

Al parecer, y según han señalado a este diario fuentes bien informadas, el viaje en avioneta era un vuelo turístico con el que pretendían tomar fotos desde el aire, y que era un regalo de la joven a su padre con motivo precisamente del día del padre.

Experiencia

El presidente del aeródromo de Mutxamel, Israel Martínez-Campos Barroso, expresó ayer la consternación en las instalaciones por el trágico accidente. Martínez-Campos aseguró que el piloto contaba con experiencia y volaba de manera habitual. "Venía a volar todas las semanas", aseguró, por lo que no se terminaban de explicar las causas del accidente. "Hemos hablado con testigos presenciales del accidente y cada uno nos dice una cosa. Unos señalan que el motor estaba parado, otros que estaba en marcha. Otros que el avión bajaba haciendo círculos", manifestó.

Por todo ello, confió en que estén más avanzadas las investigaciones de la Guardia Civil para esclarecer cuáles fueron las causas del siniestro, ya que los testimonios recogidos hasta ahora son de personas no expertas en materia aérea y todo lo que había eran "meras especulaciones".

La avioneta siniestrada tenía capacidad para cuatro plazas y era del año 1979. Según explicó el presidente de las instalaciones, el motor se había reemplazado hacía tres años y medio, por lo que la nave se encontraba en perfecto estado de conservación, a lo que apostilló que tenía combustible suficiente. Desde la Benemérita se especulaba ayer con la posibilidad de que la nave estuviera tratando de efectuar un aterrizaje de emergencia.

Se da la circustancia de que es la segunda muerte que se produce en menos de un año en el aeródromo de Mutxamel después de que el pasado 13 de junio falleciera un piloto alicantino al estrellarse con su ultraligero en las montañas de Alzira. La nave, mucho más ligera que una avioneta, volcó al sufrir un golpe de viento y dio varias vueltas hasta que se acabó precipitando al suelo.

De momento, habrá que esperar a que las investigaciones, en las que muy probablemente participará la Aviación Civil entre otros organismos competentes, aclaren las circunstancias y las causas del accidente registrado ayer en Castalla, que ha provocado una gran consternación tanto en el municipio de la Foia como entre los integrantes del aeródromo de Mutxamel.

La alcaldesa muestra su consternación por la tragedia

La alcaldesa de Castalla, Maite Gimeno, mostró ayer su consternación por el accidente, al tiempo que trasladó su pésame a los familiares de los fallecidos. "Estamos hablando de los miembros de una misma familia, dos de los cuales residían además en Castalla. Todos estamos conmocionados por esta terrible desgracia, dado que ha sido un golpe muy duro, sobre todo para los familiares más directos", explicó.

Gimeno dijo desconocer las circunstancias del accidente. "El asunto está bajo sumario, y tendrán que ser los especialistas los que determinen qué es lo que ha podido pasar", argumentó.