"No acababa de creermelo, pero empiezo a ser consciente de lo que hecho". Rubén G., un policía nacional de 38 años que estuvo seis años destinado en Alicante y el lunes salvó la vida a una mujer que se desmayó y cayó a las vías en una estación del Metro de Madrid, estaba ayer "abrumado" por las múltiples llamadas telefónicas y entrevistas con televisiones y otros medios de comunicación. Su heroica acción va a ser recompensada con una condecoración, anunciada ayer por el ministro del Interior, pero no es la única. Es la segunda vida que salva en menos de un año este agente, nacido en Bilbao -su padre también ha sido policía nacional- y criado desde los 10 años en Alicante, donde vive su familia.

El pasado verano, durante unas vacaciones en Croacia, una niña de 4 años se estaba ahogando en los lagos de Plitvice y se lanzó al agua para rescatarla. Rubén afirma que es una simple "casualidad" y recuerda que hace un par de años otro compañero salvó de las vías del suburbano a un indigente y enfatiza: "estamos para esto" y "supongo que somos policías por algo". Por ello, no duda en que "volvería a hacerlo".

Rubén, oficial de la Policía y que presta sus servicios en la comisaría especial del Tribunal Supremo, recordó ayer a este diario que se encontraba al final del andén donde estaba la mujer que se cayó. "Oí un golpe y un grito y tras asomarme vi a la mujer", indicó. El tren "estaba llegando, se veían las luces, por lo que me tiré a las vías y empecé a correr para que por lo menos el conductor me viera corriendo y pudiera frenar".

Llevaba sus apuntes del curso de ascenso a subinspector y se los puso en la boca para tener libres los dos brazos. "Solo pensaba en correr y correr para sacarla como sea porque venía el tren justo detrás mía", añadió Rubén, quien reconoció que "jamás he corrido tanto".

El agente pudo llegar a tiempo y el conductor del tren le dijo posteriormente que "a mi me habían visto pero a la mujer no". Rubén agarró a la mujer, "que estaba completamente inconsciente", y la llevó al lado contrario, donde otros viajeros le ayudaron a subirla al andén.

En el andén fue atendida por un médico que le tomó la tensión y logró que recobrara la consciencia antes de que los sanitarios del Samur llegaran y la trasladaran a un centro hospitalario.

El policía, que prestó servicio en las comisarías de Distrito Centro y Norte de Alicante entre 2003 y 2009, señaló que la mujer "tuvo mucha suerte porque solo de la caída pudo haber muerto por un golpe en la cabeza o en la columna vertebral".

La cúpula de Interior ha reconocido su acto y el propio ministro, Jorge Fernández Díaz, le llamó por teléfono para expresar el orgullo de contar con unas fuerzas de seguridad comprometidas con su labor y decirle que era "una digno representante de la sociedad".

Casi veinticuatro horas después de rescatar a la mujer y de repetir su relato más de una treintena de veces "como un autómata", Rubén insiste en la satisfacción que le ha producido su acto, del que también su padre está "superorgulloso".

Fernández Díaz, anunció ayer que ha propuesto que se instruya el correspondiente expediente para condecorar a este policía. "Salvó la vida de la mujer, afortunadamente él resultó también ileso", en un claro "testimonio de heroísmo y de sacrificio hacia sus conciudadanos", se congratuló el ministro.