Los guardias civiles que intervinieron en la investigación del crimen de dos prostitutas en Benissa se mostró arrepentido y lloraba durante su declaración, según declararon ayer en la segunda jornada del juicio con jurado popular que celebra la Audiencia alicantina. El acusado las acuchilló en su domicilio tras haber sorprendido a una de ellas tratando de robarle y luego se entregó tras confesar los hechos. Los agentes aseguraron que el acusado presentaba alguna lesión leve en el momento en el que se presentó en el cuartel. Los cadáveres se encontraban en la vivienda, el uno junto al otro envueltos en una manta y en el interior de una habitación que había sido bloqueada con los palos de una fregona. Asimismo, el salón de la vivienda fue el lugar donde los agentes pudieron encontrar más restos del homicidio, aunque el acusado había limpiado el piso antes de ir a entregarse. No hallaron restos de cocaína en la casa.

Por otro lado, un amigo del acusado declaró que fue a buscarle preocupado a su casa el día del crimen, porque no se había presentado a trabajar. A través del telefonillo, éste le dijo que no había podido ir porque le dolía la rodilla. Este amigo señaló que el procesado era consumidor habitual de cocaína, pero no era alguien agresivo ni violento.

El novio de una de las mujeres asesinadas aseguró que cuando por la mañana vio que no había vuelto a casa se empezó a preocupar y llamó a su móvil. Al principio, daba señal y luego el teléfono se apagó.