Efectivos de Guardia Civil y Salvamento Marítimo han recuperado este miércoles en aguas frente a la costa de Los Escullos el cuerpo sin vida de D.D., la mujer de 52 años y nacionalidad británica que desapareció en Vera (Almería) durante las fuertes riadas que azotaron la comarca del Levante el pasado viernes.

Fuentes de la Subdelegación del Gobierno central han indicado a Europa Press que el cadáver fue avistado por la tripulación de un pesquero que navegaba a unas 4,5 millas náuticas al sureste de Los Escullos, en el parque natural de Cabo de Gata-Níjar y a un centenar de kilómetros de distancia del punto en el que se la vio con vida la última vez.

La información comunicaba del hallazgo de un cuerpo flotando en el agua en avanzado estado de descomposición, por lo que se activó a Salvamento Marítimo y Guardia Civil que han procedido a su traslado hasta el puerto deportivo de San José, en Níjar.

A la espera de que se le practique las pruebas de autopsia en las instalaciones del Instituto de Medicina Legal (IML), ha podido ser identificado como el cadáver de D.D. por un collar que portaba, según han precisado las mismas fuentes.

La cuarta víctima mortal en la provincia de Almería a causa de la gota fría desapareció el viernes al ser arrastrada por una violenta avenida en la calle Juan Sebastián El Cano de la urbanización de Pueblo Laguna, en Vera. Estaba casada con un ciudadano español y trabajaba en un salón de peluquería y masajes en esa misma zona, junto al hotel Vera Beach.

Las inundaciones y riadas también se cobraron la vida de un ciudadano belga de 90 años e identificado como C.V.M., quien fallecía al ser evacuado en un helicóptero de Salvamento Marítimo desde la azotea del hotel Vera Beach en el que se había refugiado de las avenidas. Murió antes de llegar al Hospital Comarcal de La Inmaculada de un infarto de miocardio derivado de una patología previa.

El viernes también eran encontrado sin vida un matrimonio al que la riada en la rambla de Guazamara, en Cuevas del Almanzora (Almería), sorprendió cuando circulaban con su vehículo. Este quedó cubierto por el lodo como consecuencia de los torrentes de agua y barro. Eran naturales de Águilas (Murcia) aunque se desplazaban de manera habitual a la pedanía de Guazamara, donde su familia cuenta con una residencia.