La Fiscalía de Gipuzkoa ha pedido hoy penas que suman 27 años de prisión para un hombre acusado de violar continuadamente a su hijastra en la vivienda familiar de Lezo durante cuatro años, en los que la pequeña tenía entre 12 y 16 años.

Por su parte, la acusación particular que ejerce la perjudicada ha elevado su solicitud de condena hasta los 28 años por los mismos delitos que la Fiscalía: un delito de agresión sexual, otro de abuso sexual y un tercero de abuso sexual continuado.

Ambas acusaciones han demandado asimismo distintas compensaciones económicas para la víctima y que el hombre, natural de Ecuador aunque de nacionalidad española, no pueda aproximarse ni comunicarse con ella durante 32 años.

En el juicio por estos hechos, celebrado hoy en la Audiencia de Guipuzkoa, la chica, que ha declarado por videoconferencia desde una estancia anexa a la sala de vistas para no ver a su presunto agresor, ha explicado que los abusos comenzaron cuando ella tenía ocho años, poco después de que su madre y el acusado contrajeran matrimonio y antes de que, fruto de esta unión, naciera su hermano.

La chica ha aclarado, no obstante, que estos primeros abusos se limitaron a besos y tocamientos, que el encausado presuntamente le practicaba en la sala del domicilio o en el dormitorio de la niña.

"Yo intentaba escaparme pero sabía que no me iba a dejar hasta que no se saliera con la suya y al final dejaba de resistirme", ha explicado la joven, quien ha recordado que en ese momento comenzó a cerrar la puerta de su dormitorio con pestillo, aunque resultaba inútil porque el hombre lo abría "con un palillo".

La víctima ha aclarado que recuerda perfectamente la primera vez en que fue violada por el imputado porque es un episodio que le quedó "marcado" en la mente, ya que ocurrió cuando ella tenía 12 años, la noche previa a comenzar los estudios de ESO.

A partir de ese momento, las violaciones se sucedieron con una cadencia casi fija de una vez cada quince días, si bien la chica ha concretado que en ocasiones el hombre también la violó varias ocasiones en una misma semana.

La joven ha precisado que en una oportunidad fue agredida sexualmente en el sofá de la sala, cuando su madre no estaba en el domicilio, y otra en la cama del matrimonio con su hermano de pocos meses de edad al lado.

Esta situación se prolongó hasta junio de 2009, cuando la víctima, que ya tenía 16 años, se decidió a denunciar los hechos aconsejada por un amigo al que relató una de las agresiones sufridas, en la que el acusado presuntamente entró en su dormitorio de madrugada la agarró de los brazos y la violó, a pesar de que la chica se resistió y le propinó una patada en el pecho.

Por su parte, el procesado, de 43 años, ha negado categóricamente las acusaciones y ha insinuado que la mancha de su semen que los investigadores recogieron de la sábana bajera de la chica puede deberse a que mantuvo relaciones con su esposa en la cama de la joven cuando la chica no estaba en casa.