El cantante Francisco logró el pasado mes de julio eludir sentarse en el banquillo de la Audiencia de Alicante para afrontar una acusación de presunta estafa al aducir que padecía ataques de agorafobia, una dolencia que le tenía confinado en su casa al sufrir ataques de pánico en espacios abiertos y ante las multitudes. Tras acordar la suspensión de la vista a la espera de una mejoría de la salud del cantante, la sala que lo tenía que enjuiciar se ha encontrado con que éste ha seguido participando en programas televisivos a pesar de su dolencia. Concretamente, el pasado 19 de julio Francisco aparecía como uno de los invitados en el programa concurso «Dando la nota» de Antena 3 Televisión, un espacio musical que se emitió en julio y presentado Jaime Cantizano y en el que participaban otros cantantes y famosos. La cadena lo canceló en agosto.

Según fuentes consultadas por este diario, el tribunal requirió a la cadena para que aclarara si se trataba de un programa en directo o era una reposición de algún concurso antiguo. La cadena de televisión ha respondido al tribunal que la gala en cuestión fue un programa en diferido que se grabó precisamente el 8 de julio, la misma semana en la que tenía que haberse sentado en el banquillo.

Ante esta situación, la sala ha emplazado a la Fiscalía y a la acusación particular para que se pronuncien sobre si debe tomar algún tipo de medida contra el cantante para garantizar su asistencia al juicio, entre las podría encontrarse incluso la detención. De momento ninguna de las dos partes se ha pronunciado sobre este requerimiento y la vista se había quedado señalada para enero tras la última suspensión.

El conocido cantante alcoyano se enfrenta a una pena de tres años y seis meses de cárcel por una presunta estafa en la compra de un Maseratti valorado en más de 80.000 euros al empresario y promotor Andrés Ballester. Según el escrito de acusación, los hechos se remontan al año 2004 cuando el cantante suscribió un contrato privado de compraventa con el promotor por la venta del deportivo de lujo y por el que Francisco se comprometía a abonarle 80.000 euros en los seis meses siguientes. A los dos años, el vehículo no se había pagado y se firmó un nuevo contrato en el que la deuda ascendía a 88.400 euros para pagar en el plazo de un año. Transcurrido ese periodo, el dinero no se había abonado y el coche se vendió a una tercera persona. El empresario presentó una querella por estafa. El cantante niega la estafa y dice que el coche era el pago por vender viviendas para el promotor aprovechando su tirón, pero la crisis le impidió cerrar los acuerdos esperados.