¿En qué situación se quedan los juzgados de Benalúa tras el anuncio de la conselleria de que va a aparcar el proyecto de la Ciudad de la Justicia para rehabilitar la Audiencia?

La Ciudad de la Justicia es nuestra meta y no hemos renunciado a ella. En este Palacio de Justicia ya no cabemos y hacen falta soluciones. Por eso, vamos a ponernos en contacto con el conseller para tratar de que nosotros también entremos en ese proyecto de remodelación. Aún así, estaremos a la espera de que se haga la Ciudad de la Justicia y algún día abandonemos estas dependencias.

¿Bastaría una simple reforma para Benalúa?

Con la distribución que tenemos, no. Aquí todos los despachos ya están ocupados. Cuestión distinta es si se pretende tirarlo todo. Tenemos la estructura de un edificio antiguo, que antes era una cárcel, con todas sus galerías. Si se tiran despachos y se hace una nueva distribución, sí que podría ser. Para hacer un mero reparto de espacios con lo que hay ahora, es imposible.

¿Renuncian a la Ciudad de la Justicia?

No, es una reivindicación que tenemos desde hace diez años. Otras ciudades como Valencia, Castellón y Elche ya la tienen. Alicante es el noveno partido judicial de España en importancia, y necesita una Ciudad de la Justicia para dar mejor servicio a todos los profesionales y un servicio público de calidad del siglo XXI.

¿Considera a la Justicia una de las administraciones más perjudicadas por las políticas de recortes?

Aún en las épocas de bonanza, siempre ha sido la Cenicienta de todas las administraciones. No se han abordado reformas en profundidad que hacen falta y se tiende hacia políticas muy cicateras. La Justicia es la asignatura pendiente de la democracia. Esto ha sido así porque no ha interesado y en el fondo ha sido un error. Se trata de un servicio social que se debe dar a los ciudadanos. Que sea ágil, rápida y eficaz contribuye a la paz social, a la democracia, a la igualdad e incluso a la reactivación económica. Hay millones de euros que tenemos parados en cuentas bancarias a la espera de que se resuelvan procedimientos. Los recortes han puesto de forma más clara las carencias que siempre hemos tenido: Hay déficit de jueces, las nuevas tecnologías no han llegado, no hay expediente electrónico y hay mucha burocracia para poner en marcha cualquier actividad.

¿Son las tasas judiciales la solución a estos males?

Los decanos ya dijimos que las tasas pedagógicas son positivas, no se trata de que tengan un carácter recaudatorio, sino de que sean tasas disuasorias para limitar la excesiva litigiosidad. Llegan a los juzgados pleitos que son absolutamente banales, reclamaciones de cantidad absurdas. Un proceso judicial puede costar entre 1500 y 1800 euros y por eso utilizar el sistema judicial por una multa de tráfico o reclamaciones de 100 euros es absurdo. Habría otras vías. Las tasas podrían tener algún sentido para disuadir en estas reclamaciones banales. Salvo esos casos, la Justicia es un servicio público que se debe dar de manera gratuita.

Tras su reelección, ¿cuáles son los principales problemas con los que se encuentra?

El principal es que hay un déficit de juzgados importante. El Consejo General del Poder Judicial ya alertó de que el partido judicial de Alicante necesitaba 14 juzgados más. Y esto era algo de manera inmediata, no progresiva. Si tenemos una carga de trabajo excesiva para un número de juzgados limitado, generamos lista de espera. El tiempo es excesivo para el justiciable. Cuando un ciudadano viene a pedir una resolución a los tribunales no le consuela que le digan que tiene que esperar un año porque estamos saturados. Si la solución es tardía, ya no es solución. En cuanto a las condiciones de trabajo, al volumen de causas, se une la falta de medios, el mal estado de las instalaciones. Las condiciones son realmente difíciles y hay una cierta desmoralización entre los compañeros porque no parece que la situación vaya a cambiar en un futuro inmediato.

¿Cómo se combina esto si la política de la administración es la de no crear más juzgados?

Con la situación económica que hay, está claro que no vamos a tener más juzgados. Sabemos cómo están las cosas, no somos ingenuos. Por eso hay que recurrir a soluciones imaginativas para sacar el trabajo adelante con los mismos medios. Tenemos el mismo sistema de organización de hace 100 años y eso tampoco puede ser. Pueden ser una solución los tribunales de instancia, que son grandes salas formadas por varios jueces que tienen en común el mismo grupo de funcionarios que correspondería a un solo juzgado. Luego está también la reagrupación de partidos judiciales, con las que se pretende dar mejor servicio a los ciudadanos, no otra cosa. La distribución también está obsoleta, ya que antes había zonas más rurales. La distancia ya no se mide en kilómetros, sino en tiempo. Se trata de que los juzgados den una solución, no tener un juzgado en la puerta de su casa. El sistema y la forma de trabajar actual ya está agotada y debe cambiar.

¿Qué tiene esta provincia para generar investigaciones judiciales tan complejas?

Esta zona turística tiene un incremento de población importante en determinadas épocas del año. Muchas mafias vienen aquí atraídas para tratar de esconderse mejor y realizar su labor. Estas mafias ya no cometen un solo delito, sino que se se dedican a robos en domicilios, drogas, blanqueo de dinero. Las investigaciones se complican sobremanera y la instrucción se dilata en el tiempo. A veces, los delincuentes tienen mejores medios que nosotros. Un juzgado puede verse saturado por uno de estos casos, dejando incluso de lado otros asuntos más sencillos. Nos apoyamos mucho en la Policía para llevar a cabo estas investigaciones.

¿Le preocupa la imagen de politización de la Justicia que se está dando?

Sí, me parece algo preocupante. Tengo que decir que los jueces somos absolutamente independientes y no tenemos presiones, ni interés en que un caso se resuelva de una manera u otra. Eso es una realidad. Pero sí que se da por parte de los órganos de gobierno cierta imagen de politización que creo que debemos corregir entre todos.

¿Cree que la Justicia está dando solución a los problemas de corrupción?

Creo que sí. El único problema podría ser que se dilatan el tiempo, pero se está dando una buena respuesta y aquel que la hace debe saber que la acabará pagando. Vivimos en un sistema garantista y cuando alguien comete un hecho ilícito, irá a los tribunales y si es culpable los juzgados le acabarán condenando.