El jurado popular ha declarado culpable a la mujer de 33 años acusada de asfixiar a su hija de tres años mientras dormía en agosto de 2011, y ha considerado que no concurre la eximente de trastorno mental, según han informado fuentes judiciales.

Durante la primera sesión del juicio con jurado popular la procesada se negó a declarar, pero en la segunda y última sesión del juicio celebrada este martes ha manifestado que estuvo sometida a "mucha presión" por parte de su esposo y de Servicios Sociales.

Además, ha afirmado que Servicios Sociales no la ayudaban "a cuidar a la niña, solo había que hacer lo que ellos decían", y ha asegurado que le amenazaban con retirarle la custodia de su hija menor, tal y como había ocurrido anteriormente con sus otros tres hijos.

En esta intervención, la mujer ha justificado sus actos diciendo que lo hizo por unas circunstancias que ella "a nadie" desea, e incluso ha llegado a pedir al jurado que "por cinco minutos, se ponga en su lugar" para entender por qué lo hizo.

Con este veredicto, el jurado popular atiende a la calificación de los hechos realizada por el ministerio público, que consideraba que la procesada era responsable de sus actos en el momento de los hechos, y por ello, autora de un delito de asesinato. De acuerdo con esta decisión, el magistrado que preside la sala deberá dictar sentencia en las próximas semanas.

Los hechos tuvieron lugar en la tarde del 17 de agosto de 2011, cuando la acusada se encontraba en su domicilio, situado en la calle José García Reus de Alicante. Poco antes le habían comunicado en Servicios Sociales que le iba a ser retirada la custodia de su hija menor --ya le habían retirado la custodia de otros tres hijos-- y aprovechando que la niña estaba durmiendo la siesta la asfixió con sus manos hasta causarle la muerte.

Declaración

La mujer acusada de matar a su hija de 3 años en agosto de 2011 en la ciudad de Alicante ha dicho hoy en el juicio que no sabe qué se le pasó "por la cabeza" en el momento en que, supuestamente, asfixió a la pequeña, aunque no ha negado su culpa, ni "nunca" lo hará.

La muerte de la pequeña ocurrió la tarde del 17 de agosto de 2011 en la vivienda familiar, ubicada en el número 2 de la calle José García Reus, después de que a la mujer se le comunicara que los servicios sociales iban a proceder a retirarle la custodia de la menor.

La procesada había perdido anteriormente la tutela de sus otros tres hijos menores.

Durante la segunda sesión del juicio con jurado por estos hechos, que se ha celebrado en la Audiencia de Alicante, la acusada se ha mostrado "muy arrepentida" y ha relatado que, al darse cuenta de lo que estaba haciendo, tenía ya a su hija "muerta en las manos".

"No sé qué me pasó por la cabeza; estaba mal, alterada, pero no niego mi culpa, ni nunca lo haré", ha señalado la procesada, quien ha asegurado que, cuando quiso reaccionar, no supo "qué había hecho". "Lo juro. No es lo que quería", ha reiterado.

Ha alegado que si cometió el delito "fue bajo unas circunstancias" que no le desea "a nadie", pues, según ha alegado, se encontraba "sometida a una gran presión" de su marido, del que quería separarse, y de los servicios sociales, porque iban a retirarle la custodia de la pequeña. Además, ha expuesto, su madre "estaba en el hospital".

"Me influyó todo", ha justificado en referencia a esos motivos, los cuales, según ha comentado, le hacían sentirse "agobiada, absorbida, sin saber por dónde tirar" y, al final, la llevaron a una situación "desesperada".

Respecto a la declaración de un testigo que sostuvo durante la sesión de ayer que la procesada le había comentado que mataría a la niña antes de perder su tutela, ha argumentado no saber "ni qué dijo, ni decirlo consciente".

Por otra parte, los peritos y forenses que han comparecido hoy han coincidido en que la acusada no presenta problemas psiquiátricos, ni ninguna patología mental, pero han precisado que manifiesta un trastorno de la personalidad.

No obstante, han considerado que el mismo "no afecta" a las capacidades cognitivas ni volitivas, por lo que la mujer, según han opinado psiquiatras del Instituto de Medicina Legal de Alicante, es "consciente de la realidad de los hechos" y capaz de entender "las decisiones que toma".

También han revelado que la procesada, durante los exámenes a los que ha sido sometida por diferentes profesionales, ha actuado con "frialdad emocional y afectiva", al no percibirse en ella la "sensibilidad" normal en esos casos.

"No lloraba con la intensidad que debería al hacerle preguntas sobre los hechos y, cuando lo hacía, era con lágrimas manipuladoras, no eran sentidas", ha detallado una de las forenses, a preguntas de la fiscal y la acusación particular, que ejerce la Generalitat.

Según otro de estos profesionales, en ningún momento hablaba de la niña durante las entrevistas, algo que, a su juicio, "no es lo normal".

La fiscalía ha mantenido la solicitud de 18 años de cárcel por un presunto delito de asesinato con la agravante por parentesco y ha considerado que no se aprecian trastornos psíquicos en la procesada.

Además, pide que la acusada indemnice a los tres hermanos de la niña fallecida con 18.141 euros a partes iguales.

La Generalitat se ha adherido a la petición de pena del ministerio público, pero ha elevado la cifra de indemnización a 36.282,16 euros para cada hermano de la pequeña.

A su vez, la defensa ha solicitado el ingreso de la procesada en un centro "adecuado" para que reciba tratamiento médico, al entender que debe aplicarse la eximente por problemas psiquiátricos.

Tras concluir el juicio, el jurado está reunido en estos momentos para deliberar sobre su veredicto.