El Ministerio de Exteriores cree, a tenor de los indicios recabados hasta el momento y a la espera de las conclusiones de la investigación posterior, que el error de identificación de los cadáveres de dos de las cuatro cooperantes españolas fallecidas en Perú el pasado martes se debe a un "fallo en el punto de origen", esto es, en la morgue de Cuzco.

Hasta este depósito fueron trasladados los cadáveres en una primer momento por lo que el error "posiblemente se haya podido deber a un cambio de expediente" con los datos de las fallecidas.

Tal es la conclusión provisional que Exteriores ha alcanzado, aunque fuentes del Ministerio recuerdan que simplemente es una deducción basada en las declaraciones y comentarios de las partes implicadas a lo largo del día de hoy.

El motivo del error "puede haber sido tan fácil como una documentación cambiada", estimaron fuentes de Exteriores en declaraciones a Europa Press, "posiblemente un cambio de sus expedientes".

Estas mismas fuentes dudaron de la posibilidad de que la equivocación tuviera lugar en cualquier otro momento del traslado de los cadáveres a España porque "según tenemos entendido, no se alteró nada" a partir del momento en el que abandonaron el tanatorio de Cuzco. Exteriores se mantiene de que "en las próximas horas se concreten más los datos sobre lo sucedido".

El error de identificación provocó que los restos mortales de la madrileña Lidia Monjas acabaran en Valencia, de donde era otra de las fallecidas, María José Such, cuyo cadáver a su vez fue enviado a Madrid. A primera hora de la tarde de hoy se ha iniciado el traslado de los cuerpos en sendos coches fúnebres hacia sus respectivos destinos.

Las fallecidas colaboraban como voluntarias para una ONG local, la Asociación Señor de Huanca. El accidente ocurrió cuando varios voluntarios se dirigían a Cuzco "a buscar material" en un vehículo que se salió de la carretera y se precipitó por un barranco.