La red, a la que se ha atribuyen al menos 60 delitos, instalaba microcámaras en la parte superior de los cajeros automáticos con el objetivo de obtener el número secreto PIN.

Los detenidos también colocaban dispositivos electrónicos para copiar la banda magnética de las tarjetas.

De esta forma disponían de la información necesaria para poder clonar la tarjeta que con el número secreto permitía sacar dinero en los propios cajeros.

Según ha informado la Guardia Civil, los tres detenidos había operado en las localidades valencianas de Requena, L'Alcudia, Sueca, Xàtiva, Torrent y Aldaia, además de en Fuengirola (Málaga).

Uno de los componentes del grupo se desplazó también hasta Holanda donde permaneció varios días colocando dispositivos de copiado de tarjetas que después fueron utilizadas en Valencia.

Los detenidos adoptaban grandes medidas de seguridad, dormían cada noche en un domicilio diferente, cambiaban continuamente de vehículo y utilizaban técnicas evasivas cuando se desplazaban en coche para detectar la presencia policial.

En uno de los registros practicados en una vivienda de Oropesa (Castellón), los agentes han encontrado tres microcámaras camufladas listas para su instalación en cajeros, dispositivos para la clonación, tarjetas en blanco de diferentes entidades bancarias, ordenadores portátiles y esquemas para la fabricación de los dispositivos electrónicos y de memoria necesarios.

Las investigaciones continúan abiertas ya que no se descarta que la red pudiera haber cometido más fraudes en otras provincias españolas.