La campaña fue publicada hoy por el semanario italiano 'Donna Moderna' con el objetivo de incentivar el compromiso social contra la violencia doméstica, un "drama que afecta a siete millones de mujeres en Italia", destaca el cartel publicitario.

Según la revista, el niño se llama Mario y es "bellísimo, grácil, cabellos negros, ojos azules. "Hoy es un niño tierno y sin embargo ya está marcado. Bajo su imagen aparece una palabra 'choc', el veredicto sobre su futuro de hombre adulto: verdugo", describe el semanario. La niña, en cambio, se llama Anna y es "rubia y simpática". "Debajo suyo, otra palabra que anticipa un destino muy femenino", el de "víctima", añade.

El propósito es presentar a "dos niños inocentes, puros, idénticos en su origen pero destinados a un futuro diverso" para recordar "a los adultos que la dominación nace de la educación y de los valores que se aprenden en familia", pero que "romper este círculo vicioso es posible", explica la revista.

Sin embargo, la fotografía elegida por Toscani ya ha empezado a generar polémica en Italia, tal y como han manifestado representantes de varios sectores como el Observatorio sobre los Derechos de los Menores, asociaciones de padres y también la Unión de Mujeres de Italia (UDI);.

Para el presidente del Observatorio sobre los Derechos de los Menores, Antonio Marziale, esta publicidad "supera todos los límites", teniendo en cuenta "todo lo que está sucediendo hoy en día con los niños". De hecho, la foto de Toscani podría incitar a los pedófilos, ya que ver a "un niño desnudo instiga a las mentes enfermas".

En declaraciones a la agencia Apcom, la presidenta de la UDI, Pina Nuzzo, señaló que la fotografía incentiva "la mercantilización del cuerpo de los niños". Además, consideró una paradoja calificar a un niño pequeño de verdugo cuando "son precisamente los niños, junto a las mujeres, las principales víctimas de la violencia".

Por su parte, la Asociación italiana de padres (AGE); advirtió de que la publicidad es "peligrosa porque da la sensación de que los niños tienen que tener miedo los unos de los otros". "Los pequeños ya se dividen en grupos de niños y niñas, por lo que presentarlos bajo riesgo de agresión recíproca es demasiado", consideró la responsable de la sección sobre las políticas de comunicación de la AGE, Miela Fagiolo D'Attilia.