La prohibición se aplicará en tres casos: cuando sea necesario comer el alimento para acceder al juguete, cuando éste no vaya embalado o en los casos en que el embalaje conlleve un riesgo de asfixia.

Con la propuesta quedarían prohibidas por ejemplo unas populares piruletas comercializadas el pasado año en la UE que escondían una lamparita a la que sólo se podía acceder después de comer el caramelo, explicaron fuentes de la Asociación Europea de Consumidores (BEUC);.

Sin embargo, la medida no se aplicará a los conocidos huevos de chocolate que contienen en su interior una pequeña sorpresa, ya que no es necesario comer el chocolate para acceder al juguete, que además va bien protegido en un embalaje de plástico.

La iniciativa forma parte de una propuesta de Bruselas para modificar la directiva sobre Seguridad de los Juguetes, normativa de 1998 que necesita introducir algunos cambios para adaptarse a los nuevos tipos de juguetes fabricados en la última década, explicó el comisario.

Entre otras novedades, prevé asimismo prohibir el uso de sustancias químicas cancerígenas en la fabricación de los juguetes y una reducción drástica en las cantidades máximas de plomo y mercurio.

Verheugen aseguró que la nueva directiva no es una reacción a las retiradas de juguetes producidas el pasado año en Estados Unidos y Europa, sino que se trata de un documento en el que la Comisión llevaba tres años trabajando.

La normativa endurecerá los controles que las autoridades competentes aplican para comprobar la seguridad de los juguetes dentro de la UE y en las fronteras exteriores y prohibirá el uso de los aromatizantes susceptibles de provocar alergias.

Además, obligará a los fabricantes a incluir más advertencias para prevenir posibles accidentes y hará más estrictas las normas aplicables a las piezas pequeñas de los juguetes.

En el caso de los juguetes para los que no existan todavía estándares específicos (por ejemplo, los que contienen imanes); la normativa prevé que laboratorios independientes realicen las pruebas correspondientes.

Para las empresas que incumplan las obligaciones impuestas, la legislación prevé la aplicación de sanciones, que incluso podrían tener carácter penal según el tipo de infracción, advirtió el comisario, quien invitó a los países a ser "muy estrictos" en ese punto.

La Asociación Europea de Consumidores valoró la presentación de la propuesta, pero lamentó que no sea más ambiciosa y que contenga lagunas, en primer lugar en relación algunas sustancias químicas que suscitan preocupación.

También lamentaron que la normativa no prevea cambios en el actual marcado CE, que aplica el propio fabricante sin verificación de terceros y que no es una garantía de seguridad, por lo que "no debería en ningún caso figurar sobre los juguetes, sino sólo en su documentación técnica".

El comisario confió en que la propuesta reciba este año el visto bueno de los países y del Parlamento Europeo para que pueda entrar en vigor en 2009.