Los alumnos españoles de cuarto de Primaria, es decir, niños de 9 años, han mejorado en quince puntos su comprensión lectora desde 2011, y la progresión de las chicas ha sido mejor que entre los chicos, una brecha de género que se aprecia en prácticamente todos los países estudiados.

Lo concluye el informe PIRLS (Estudio Internacional de Progreso en comprensión lectora), que lleva a cabo cada cinco años desde 2001 la Asociación Internacional para la Evaluación del Rendimiento Educativo (IEA) y que en su edición de 2016 ha contado con 50 países, 11 áreas regionales, 319.000 alumnos, 15.000 docentes y 11.000 colegios.

España ha conseguido 528 puntos en lectura frente a los 513 de 2011. Las alumnas han obtenido 532 puntos (516 en 2011) y los chicos 524 (511).

Principales conclusiones del informe PIRLS

Nuestro país -ha participado con 14.595 alumnos de 629 centros- es el que ha tenido "una de las evoluciones más positivas", solo superada en la OCDE por Australia, que ha mejorado 17 puntos, ha destacado el Ministerio de Educación en una nota.

No obstante, España se sitúa en el puesto 31 de los 50 estudiados, que toman como referencia 500 puntos, y es doce puntos inferior a la media de la OCDE y once puntos a la media de la UE.

Han participado siete comunidades autónomas: Andalucía, Asturias, Castilla y León, Cataluña, La Rioja, Madrid y País Vasco.

Dos de ellas, Madrid, donde las alumnas sacan 553 puntos y los alumnos 545, y Andalucía (526 y 523, respectivamente) lo han hecho con un tamaño de muestra similar a la de un país.

El estudio fija asimismo que la proporción de alumnos españoles rezagados es del 3% (en 2011 se elevaba al 6 %), un punto porcentual por debajo del promedio de la OCDE y del total de la UE, que cuentan con un 4 %.

Más de la mitad de los estudiantes españoles (56 %) afirmó que le gusta mucho leer, porcentaje que en el promedio de la OCDE es del 36 % y en el total de la UE del 38 %.

"El logro en lectura de los alumnos españoles claramente ha mejorado entre 2011 y 2016", ha señalado el director ejecutivo de la IEA, Dirk Hastedt, en un encuentro con la prensa en Madrid.

Por países, Rusia (581) lidera el estudio seguida de Singapur (576), Hong-Kong (569), Irlanda (567), Finlandia (566) y Polonia (565).

¿Qué es y para qué sirve el informe PIRLS?

Hastedt ha instado a que no se utilice este estudio para hacer una comparación entre países sino como "incentivo" para mejorar cada sistema educativo.

El informe PIRLS ha constatado, entre otras conclusiones, que un buen resultado está ligado a una escolarización temprana o que los buenos lectores atienden con más regularidad en la escuela y no se sienten cansados ni hambrientos.

Por otro lado, se apunta que los alumnos españoles cuyos padres tienen un nivel educativo superior tienen un rendimiento inferior al de los alumnos de los demás países participantes del mismo grupo.

Por el contrario, los alumnos españoles que son hijos de padres con escaso nivel educativo logran un rendimiento superior al de aquellos del resto de países del estudio.

Así, la diferencia entre los alumnos españoles según el nivel educativo más alto y más bajo de sus padres es de 51 puntos, una de las más bajas de la muestra, solo por encima de Malta (30).

Y cuanto mayor es el número de libros en casa, mayor es la puntuación media en comprensión lectora; en España, tener más de doscientos libros frente a tener menos de 10 supone una diferencia de 62 puntos en comprensión lectora, menor que las de OCDE y UE: 73 y casi 75 puntos, respectivamente.

Otro dato sobre España es que casi tres de cada cuatro profesores (73 %) declara sentirse satisfecho con su profesión frente al 51 % de promedio de la OCDE y el 46 % del total de la UE.

En cuanto a la mejora de la capacidad lectora de las chicas, se ve que es una constante desde 2001; en 2016 ellas rindieron más en 48 de los 50 países analizados y la IEA sostiene que esta diferencia de género no tiene visos de acabar.

Otro tema reflejado en el informe es el acoso escolar: el 57 % de los alumnos dijeron que nunca o casi nunca ha sufrido "bullying" pero el 14 % reconoció que lo padecía cada semana.

Por otra parte, Dirk Hastedt ha asegurado que el coste de las pruebas PIRLS no es excesivo ya que suponen alrededor de 230.000 euros por país, sin contar los gastos de personal y materiales.