Acumula cuatro años ejerciendo como cura de la parroquia principal de Cuntis, Santa María dos Baños, y también de las anexas y el convento. Y en ese tiempo, ha sido capaz de ganarse el corazón de los cientos de vecinos que le conocen. Juan Carlos Fernández, el párroco de la villa termal, cuenta con el respaldo de los cuntienses a la hora de analizar el polémico disfraz con el que se presentó en el desfile de Entroido.

El párroco ya tenía por costumbre acudir como uno más a las fiestas carnavalescas y hace dos fines de semana no fue una excepción. Sin embargo, la elección de su atuendo no fue, quizá, la más acertada. Se vistió emulando a Hugh Hefner, el fundador de la Mansión Playboy. Junto a él, en una cama arrastrada por un turismo, lo acompañaban dos conocidos que vestían como "conejitas". El objetivo no era otro que parodiar, pero los documentos gráficos se volvieron virales y la polémica surgió. Sus superiores se enteraron y llegaron las reprimendas, ahora silenciadas por parte de todos los estamentos religiosos, que buscan pasar página.

También quieren hacerlo los vecinos de Cuntis. Muchos prefieren no hablar e incluso niegan conocer al párroco Juan Carlos Fernández pese a que trabajan a escasos metros de la iglesia y el propio párroco frecuenta su local a la hora de comer. Quieren que el caso acabe ya.

Otros, sin embargo, sí salen a defender al cura. "No ha hecho nada malo. Es un simple disfraz en una festividad en la que prima la ironía y el cachondeo", argumenta una vecina. A la mujer, que alcanza la tercera edad, no le parece, ni mucho menos, "escandalosa" la vestimenta que Fernández eligió para disfrutar de estos últimos carnavales. "Es una persona muy alegre y abierta. No me extraña que haya querido participar en el desfile. No es la primera vez que lo hace", expresa.

La misma vecina señala que Juan Carlos "suele pasear mucho por la villa. Va a comer a diferentes bares, se acerca al supermercado a comprar... Aunque últimamente, desde la polémica del Entroido, ya no se le ve tanto por aquí". Así lo corrobora otra persona, que asegura que, obviamente, está "disgustado". "¿Cómo no va a estarlo? Mira la polémica que se ha creado por un simple disfraz", recalca esta segunda mujer. "Lo malo es que ahora, desde arriba, le van a cortar las alas", se lamenta. Y es que para ella, lo positivo del religioso es que es una persona "cercana y amable" con mucha libertad para innovar: "Le da igual si eres niño, adulto, anciano, rico o pobre. Él atiende a todos de la misma forma", recalca.

Así lo respaldan el resto de ciudadanos con los que FARO pudo hablar. "Es que consiguió volver a llenar las iglesias y, además, hace muchísimas actividades para los niños. Debe de tener unos 100 o 150 en las catequesis", explican. "Los más jóvenes estamos con él. Es una persona humana y tiene derecho a disfrutar. Yo le pregunté a mi madre que le parecía el tema del disfraz y me dijo que era una tontería. La gente que lo conoce sabe que no lo hizo con mala intención", analiza otro vecino.

"A mí me pareció todo muy raro. Es que se levantó la polémica de nada. El chaval que iba con él estaba algo bebido, se le echó encima y ya explotó todo cuando no hay nada. Parece hasta una conspiración política o religiosa para hacerle daño", sentencia uno de los tantos ciudadanos, que asegura que "al menos el 95% de Cuntis está con Juan Carlos".