Cassandra tiene cierta predilección por la Prehistoria y es en lo que más se está interesando en su segundo año de carrera. Estudia Historia en la Facultad de Letras de la Universidad de Murcia y tiene claro que le gustaría dedicarse a la docencia, le da igual que sea en la universidad o en institutos, sólo quiere ser profesora. Pero, desde hace unos días, la Historia, la más reciente, le ha jugado una mala pasada.

A esta estudiante murciana de 21 años se la acusa de un delito de humillación a las víctimas del terrorismo por trece tuits que publicó en la red social Twitter entre noviembre de 2013 y enero de 2016. En ellos, Cassandra presuntamente denigraba la figura de Carrero Blanco comentando con humor negro su asesinato a manos de ETA. La Fiscalía pide para ella 2 años y 6 meses de cárcel, tres años de libertad vigilada y ocho y medio de inhabilitación absoluta para cargo público, lo que la imposibilitaría para ser profesora.

Esta historia comienza en agosto de 2016, cuando la Audiencia Nacional, a través de un escrito, le comunica que debe declarar al mes siguiente ante el magistrado José de la Mata, encargado del Juzgado Central de Instrucción número 5 de la AN, tras una investigación realizada por la Guardia Civil. En dicha declaración, a Cassandra le citaron uno por uno todos los tuits por los que se le pide cárcel y le preguntaron si era la autora. "La comparecencia duró algo menos de una hora y yo me dediqué a decir si me acordaba o no de haberlos escritos, había algunos que tenían tres años y ya no me acordaba", explica la estudiante. Ese mismo día su abogado le aseguró que pediría la completa absolución para ella. El pasado 4 de enero la volvieron a llamar para que recogiera la resolución de la Fiscalía y comunicarle la apertura de juicio.

"Tanto en bachiller como en la carrera siempre me ha gustado comentar hechos históricos en Twitter, y en algunos añado un tono de humor", explica Cassandra. "De la Historia de España solo he nombrado a Carrero Blanco, pero he hecho chistes con la Segunda Guerra Mundial y los nazis", indica. Es aquí cuando la estudiante no entiende por qué se le acusa por unos comentarios y no por otros. Cuando eran citados a declarar personajes públicos como el político Guillermo Zapata o el humorista Facu Díaz por tuits en los que presuntamente existía humillación a víctimas del terrorismo, Cassandra no pensó en que fueran a por ella. "Ni siquiera existía motivación política, eran solo chistes", manifiesta.

"Si la libertad de expresión se rompe por unos tuits sobre Carrero Blanco, es que estamos fallando en algo muy gordo", reflexiona la joven. Nunca le advirtieron del peligro de mezclar víctimas del terrorismo con humor negro en un tuit. Los ha borrado todos, los trece, y algunos más por si acaso. "Me parece superabusivo lo que piden para mí, quieren tres años de libertad vigilada, no soy ninguna persona peligrosa", insiste.

La tuitera dio a conocer a sus 6.000 seguidores su caso con un tuit el mismo día que supo lo que la Fiscalía pedía para ella. "Mis compañeros de carrera me han apoyado desde el primer momento, he recibido mensajes de ánimo y de que no tengo la culpa de nada", concluye la joven.