El cardenal Antonio Cañizares, arzobispo de Valencia, ha enviado dos cartas privadas con un contenido «durísimo» al presidente de la Generalitat, Ximo Puig, y a la vicepresidenta autonómica, Mónica Oltra, en las que tacha de «indecente» la actitud política del jefe del Consell y le acusa de no ser capaz de decirle en persona lo que piensa sobre él. A la líder de Compromís y número dos del gobierno autonómico le dedica por escrito la siguiente frase: «Me recuerdan ustedes a los tiempos de Franco, cuando se censuraban homilías», según confirmaron ayer a INFORMACIÓN distintas fuentes oficiales de la Generalitat. Este diario se puso ayer en contacto con los dos destinatarios de las misivas, pero ambos rechazaron hacer declaraciones o facilitar una copia de las mismas.

Las misivas han sorprendido desagradablemente por el tono áspero y contundente que utiliza el arzobispo de Valencia. Y no sólo por eso, sino también por tratarse de un grave desencuentro a nivel institucional entre los máximos representantes de los valencianos y la más alta autoridad eclesiástica valenciana.

La carta a Ximo Puig fue llevada en mano desde el palacio arzobispal al Palau de la Generalitat por un empleado eclesiástico el pasado viernes, sólo un día después de que el presidente pronunciara en las Corts unas duras palabras contra el prelado de Utiel con motivo de sus ataques verbales contra el «imperio gay», el feminismo «destructor» y la «ideología de género» que han causado un revuelo general.

Interpelado sobre esta cuestión por el síndic de Compromís, Fran Ferri, el presidente Puig consideró desde la tribuna de las Corts que las declaraciones de Cañizares son «impropias de quien ostenta tan alta responsabilidad» y opinó que «la mayoría de cristianos las rechazan». «Cada uno puede querer a quien quiera, me preocupan los que no quieren a nadie», dijo Puig en referencia al purpurado antes de recalcar: «Yo me siento más representado con el papa Francisco».

Esas palabras llevaron al cardenal a mandar una carta al jefe del Consell. Lo hizo casi una semana después de que el sábado 21 de mayo, un día antes de la gran manifestación de la escuela concertada en Valencia, Cañizares visitara el Palau de la Generalitat para mantener una reunión fuera de agenda con el president que hasta ahora no había trascendido. Según ha podido saber este periódico, la cita la solicitó por teléfono el cardenal poco antes de acudir a Presidència. Ximo Puig recibió a Antonio Cañizares en un salón de la planta baja del Palau y, según las fuentes consultadas, intentó aprovechar la reunión imprevista para rebajar el clima de conflictividad a escasas horas de la protesta educativa contra el conseller Vicent Marzà. El tono de la reunión fue cordial. Tal vez por ello, Cañizares se indignó con Puig al oír sus palabras en las Corts cinco días después.

«Máximo respeto» a los gais

En la carta privada a Mónica Oltra, el cardenal le exige que «rectifique» sus declaraciones realizadas en la rueda de prensa posterior al pleno del Consell del 20 de mayo. La vicepresidenta aseguró entonces que las palabras del arzobispo «favorecen un sentimiento de odio y por tanto los delitos de odio» y le acusó de vertir «mensajes misóginos que humillan a las mujeres». Aparte de equiparar a Oltra y al Consell con los tiempos del franquismo, Cañizares escribe en la carta: «Tengo un máximo y exquisito respeto hacia esas personas y a su dignidad», en referencia a las personas homosexuales. «No me refería a un grupo muy respetable de personas, como usted indica ni en el sentido que usted me atribuye, y mucho menos ofendiéndolas o faltando lo más mínimo al mandato evangélico del amor».

Sobre estas palabras, Oltra manifestó ayer su sorpresa de que «una persona que forma parte de la jerarquía de la Iglesia haga este tipo de declaraciones» e instó a la Conferencia Episcopal a pronunciarse.