Cada vez es más frecuente recibir pacientes en las consultas de urología buscando una solución para intentar aumentar el tamaño del pene.

En este artículo intentamos aclarar, desde una perspectiva científica, las preguntas más frecuentes que nos hacen los varones interesados por dar una solución a un problema algunas veces real y muchas, imaginario.

Si realmente su urólogo le indica la necesidad de corregir un defecto, la cirugía y la liposucción son los procedimientos más eficaces.

Numerosas revistas, publicaciones sobre salud sexual, mensajes de radio y sobre todo Internet están llenos de anuncios sobre, píldoras, pesas, ejercicios y cirugías que anuncian poder aumentar la longitud y anchura del pene.

Sin embargo, hay muy poco apoyo científico y ninguna organización médica acreditada aprueba la cirugía del pene por razones puramente cosméticas. La mayoría de las técnicas que vemos anunciadas son ineficaces y algunas pueden ser lesivas.

El complejo de pene pequeño

Tenemos ampliamente demostrado que la inmensa mayoría de los pacientes que piensan tener un pene pequeño están totalmente equivocados.

El miedo a no poder satisfacer sexualmente a su pareja o bien el sentimiento de inferioridad que origina el querer compararse con otros varones lleva al hombre a buscar soluciones de forma indiscriminada que en la mayoría de los casos terminan en fracaso o, lo que es peor, en lesiones que pueden ser irreversibles.

La media europea de un pene normal se sitúa entre los 8 a 13 centímetros en estado de flacidez y entre 13 y 18 en estado de erección.

Por ello desde un punto de vista médico solo estaría justificado tratar aquellos pacientes cuyo pene en estado de flacidez es menor de 8 centímetros.

Productos más publicitados para aumentar el tamaño del pene

Las píldoras y lociones. Normalmente contienen vitaminas, minerales, hierbas u hormonas. Ninguno de estos productos han sido aprobados por sanidad con esta indicación y algunos pueden ser perjudiciales.

Bombas de vacío: Son cilindros que, colocados sobre el pene, provocan una presión negativa que facilita la entrada de sangre a los cuerpos cavernosos, utilizados ocasionalmente para el tratamiento de la disfunción eréctil, no tienen ninguna utilidad para conseguir alargar los músculos cavernosos.

Estiramiento: Se utilizan aparatos de tracción que estiran los músculos del pene. Estos instrumentos muy divulgados en Internet pueden conseguir alargar el pene entre 1,5 y 2 cm. después de muchos días y muchas horas todos los días de llevar una tracción constante, incómoda y peligrosa, pues no solo se estiran los músculos, sino también las estructuras nerviosas que pueden terminar provocando pérdida de sensibilidad y capacidad de erección.

Sustancias que se introducen bajo la piel del pene sean sintéticas o grasa del propio paciente que se venden como productos que aumentan el grosor: son procedimientos absolutamente desaconsejados no solo por las deformidades a veces irreversibles que provocan, sino por las infecciones y necrosis que se producen.

Cirugía: Es el único procedimiento válido para conseguir alargar el pene, nunca por estética sino cuando estamos tratando pacientes con un problema real que condiciona una relación sexual poco satisfactoria.

Liposucción: de la grasa suprapúbica, en aquellos pacientes con exceso de grasa que produce un efecto de enterramiento del pene, con esta técnica se consigue mejorar estéticamente, sin lesionar ninguna estructura.

Piénselo dos veces, no caiga en la tentación de someterse a procedimientos inútiles buscando la solución a un problema que en la mayoría de los casos no existe.

Si desea más información puede acceder a la web www.saludhombre.es