Objetos flotando en mitad de una habitación, vajillas que se rompen, lámparas que giran, sillas que se mueven, luces que se apagan solas, una cama que aparece sobre otra... Son algunos de los fenómenos paranormales que una familia de Elda aseguró que ocurrían en su casa. Corría el año 2003 y esta historia acaparó la atención de numerosos medios locales y nacionales.

El supuesto "poltergeist" comenzó el 14 de agosto de aquel año, día en el que, según esta familia integrada por un matrimonio y su nieta de 12 años, comenzaron a producirse una serie de fenómenos paranormales en su casa, una planta baja situada en la calle San Vicente de Elda. Tan aterrorizados se sintieron que llegaron a dormir desde entonces varias veces en el coche.

Tal y como se publicó en su día, el párroco de la iglesia de San Francisco bendijo en dos ocasiones la vivienda, y la Policía Local y Nacional acudió también tras algunos de los episodios violentos.

"Lo único que queremos es que esto pare y podamos seguir con nuestras vidas", afirmaba Vicente Díaz, cuya mujer y nieta secundaban sus palabras y aseguraban que "los fenómenos suceden cuando estamos los tres juntos y no hay nadie más en casa". Sin embargo, algún vecino aseguró haber visto cómo algunas lámparas "empezaban a moverse en círculo solas" y cada vez "iban tomando más velocidad".

Un parapsicólogo del Centro de Estudios Parapsicológicos de Elda pasó la noche en el domicilio y aseguró haber recibido un golpe en el hombro izquierdo "que no provenía de ninguna de las personas que estábamos allí". Este experto señaló que lo que ocurría en la casa se debía a "un cúmulo de fuerzas negativas cuyo objetivo es desestabilizar el entorno".

Tras un par de días de tregua, la familia recibió la visita de un parapsicólogo, Gabriel Gomis, quien acabó concluyendo que el fenómeno era un "poltergeist cien por cien auténtico" causado por las "fuerzas psíquicas de una persona".

"Se trata de un caso de telequinesia provocado de forma inconsciente por un allegado a la familia", subrayó este investigador, que descartó la presencia de "espíritus o fantasmas" tras intentar sin éxito captar psicofonías. "Es un fenómeno que se provoca de forma inconsciente y por parte de personas que sufren una fuerte carga emocional", insistió.

Los fenómenos volvieron a producirse y con un vecino y dos niñas como testigos. "Si me hubieran contado esto, seguramente no lo hubiera creído, pero como me está pasando a mí y lo estoy viviendo en mis propias carnes, me lo tengo que creer", afirmaba Vicente Díaz.

Unos días después, cuatro miembros de la Sociedad Española de Investigaciones Parapsicológicas (SEIP) se desplazaron a Elda para investigar el caso. Tomaron fotografías de infrarrojos en todas las habitaciones, realizaron un "barrido" para detectar campos electromagnéticos y entrevistaron con polígrafo a la propietaria del inmueble con el fin de detectar un posible fraude. Esta última prueba detectó que "mentía" sobre algunas cuestiones.

El presidente de la SEIP determinó que todos los hechos supuestamente sobrenaturales eran provocados "de forma consciente y voluntaria por algunos residentes de la casa. Es evidente que presentan una serie de problemas familiares y sociales bastante visibles y les aconsejamos que se tomen el tema con mucha calma, que dejen pasar el tiempo y que reciban apoyo psicológico".

Uno de los investigadores que acudió a la casa, Guillermo Núñez Sordo, publicó en su página de internet (http://fotoparanormal.com/) un exhaustivo estudio en el que analizó todo lo que ocurrió.

"Quizás sea el caso más sencillo y a la vez complicado con el que me he encontrado en mi trayectoria como investigador. Y digo quizás porque en él subyace la esencia misma de la fenomenología paranormal. Como comentaba mi amigo Pedro Amorós, es el caso paranormal por excelencia. ¿Quiénes de todos los que ahora leemos estas líneas no hemos deseado tener en nuestras manos las fotografías que yo poseeo desde ese momento? ¿Las pruebas que pueden encumbrar o enterrar un caso? ¿Las evidencias presentadas por una familia "acosada" (según ellos) por una serie de fenómenos psicocinéticos increíbles? Créanme si les digo que estas fotos, desde el momento que cayeron en mis manos han sido objeto de un trabajo de exploración despiadado. Las he vuelto y revuelto, las he estudiado desde todos los ángulos, incluso he llegado a reproducirlas", expone Núñez Sordo.

Tras analizar las imágenes, el investigador concluye que se trata de un "escenario preparado". Sin embargo, apunta que "quedan interrogantes por resolver como por ejemplo cómo la niña ha sido capaz de poder fotografiar en vuelo una serie de objetos sin que se pueda apreciar traza de movimiento alguna y cazarlos en un espacio no superior a tres metros".

"En esa casa y con el beneplácito de las fuerzas del orden público, los periodistas del INFORMACIÓN, diferentes cadenas de tv (locales, regional y nacionales), bienestar social... llegué a sentirme como un paparazzi. Pude tomar en esas largas horas que permanecí en aquel lugar más de mil fotografías de todas y cada una de las dependencias, de todos y cada uno de los rincones de esa casa... Carretes IR, películas en color, digitales... Incluso hasta le dejé una de las cámaras a la niña en cuestión para que la utilizara a su antojo, evidentemente en ninguna de las tomas que hizo con esa cámara apareció nada de nada. Pero si encontré algo... Una película, La bendición. Una nota en la que se puede leer "se alquila o se vende esta casa por...X...millones de pesetas, razón aquí".

"A mí personalmente este detalle me sugiere algo... ¿No estarán intentando poner en escena la película de La Bendición? ¿Quieren conocer ustedes los puntos de coincidencia? Pues agárrense a su silla antes de terminar el análisis... Me explico, en la vida real la niña tiene a su madre en el psiquiátrico (según testimonios de vecinos) y su padre toxicómano ( y ¿desaparecido?). La niña es tutelada por su abuela. En la película tenemos que la niña es tutelada por su tía, su padre es desconocido y su madre toxicómana en tratamiento. La abuela trata de proteger a la niña de las personas "satánicas" (según su denominación a los extraños como nosotros). Cuando llegamos al abrir la puerta se puso en medio y mandó a la niña (que estaba en el pasillo) para dentro de la casa. En la película, la tía tiene que proteger a la niña de un grupo satánico y de su líder. Incluso poniendo su vida en juego. Los fenómenos paranormales psicocinéticos solo se producen en presencia de la niña, de hecho es la encargada de tomar las fotos por ese motivo. Ella es la que sabe dónde y cómo sacar las fotos (...) En la película, la niña produce efectos psicocinéticos, tal y como hacer girar platos. También es capaz de anticipar el futuro. ¿Será eso lo que le espere a nuestra niña de 12 años? El tiempo nos dará la respuesta", concluye el parapsicólogo con ironía.

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