El papa Francisco pidió hoy acabar con "la arrogancia de los hombres, que hieren o degradan a las mujeres, y ponen en peligro la vida de los inocentes aún no nacidos", al ensalzar el valor de la familia como base de la sociedad.

Durante una misa oficiada en la Universidad de Nairobi, el pontífice abogó por "defender la dignidad de cada hombre y mujer" y conminó a "recibir a los niños como una bendición para nuestro mundo", pues todos son parte de "la única familia humana".

Las palabras del papa se producen un día después de que se celebrara el Día Mundial contra la Violencia de Género y tienen especial relevancia en Kenia, un país en el que alrededor del 45 % de las mujeres ha sufrido algún tipo de maltrato físico o sexual.

"La sociedad keniana ha sido abundantemente bendecida con una sólida vida familiar, con un profundo respeto por la sabiduría de los ancianos y con un gran amor por los niños", añadió el pontífice ante miles de personas que desafiaron la lluvia y el frío para asistir a la misa.

Asimismo, el papa Francisco hizo un llamamiento "a estar cerca de todos los que pasan necesidad" y recordó que las familias cristianas deben preocuparse de los demás, sobre todo en una época de "avances de nuevos desiertos creados por la cultura del egoísmo y de la indiferencia".

La misa, la primera que oficia el pontífice durante su gira africana, era uno de los acontecimientos más esperados, pues la última visita de un papa a Kenia fue en 1995, cuando Juan Pablo II viajó al país por tercera vez.

Desde primera hora de la mañana, miles de fieles y religiosos llegados de todos los rincones del país hicieron varias horas de cola para poder acceder al recinto de la universidad entre fuertes medidas de seguridad.