Tres profesores e investigadores han denunciado a la Universidad de Vigo por permitir que un funcionario haya vertido comentarios misóginos, amenazas e insultos durante años a través de la lista de correo comunitaria que comparten unos 25.000 usuarios y utilizando, en muchos casos, una cuenta institucional. El autor de los mails, Sergio Pajares, ejerce como jefe de sección en el Servicio de Gestión Económica y Contratación y además es miembro de la Junta de Personal de Administración y Servicios. La vista se celebrará el próximo martes en el Juzgado Contencioso Administrativo Nº 1.

Los demandantes -Adela Sánchez Moreiras, Ángel Rodríguez Gallardo y Victoria Martins- acuden a los tribunales tras presentar varias quejas ante diferentes órganos de la Universidad por esta actitud "denigrante, y vejatoria" así como por su "apología de la violencia". También se han dirigido a CIG y CUT, sindicatos de los que fue expulsado el demandado tras conocerse los hechos, la Inspección Provincial de Trabajo, Anova y el Concello Municipal da Muller, entre otros.

El funcionario se refiere a los docentes que lo han denunciado con los calificativos de "perras", "feas e idiotas", "bacteria fecal" o "subespecie de sabandija con síndrome de Down". Y responde así a las profesoras e investigadoras que insistentemente le han pedido a través del correo que cese en sus comentarios: "Feministas tontorronas me amenazan por correo electrónico. Bien, pero primero que me limpien la casa" o "Pórtate bien! Recoge las muñecas y la cocinita".

El nivel de intimidación aumenta en otros mensajes. "Quien me toque los cojones queda invitado a abrevar de un cubo oxidado un delicioso combinado de Fairy con sosa cáustica en un sótano que tengo insonorizado al efecto", escribe.

Otros de los correos compartidos con todos los usuarios de la lista constituyen relatos de carácter explícitamente pornográfico en los que en ocasiones él mismo se incluye como personaje. También ha colgado fotografías de la misma naturaleza y enlaces de vídeos en los que aparece vestido de cura y utilizando un lenguaje soez y ofensivo.

En otro comentario estribe: "Ya sé que soy un jodido machista, no me lo restreguéis. ¿Acaso digo yo que vosotras sois feas o idiotas?".

A pesar de ello, el Rectorado ha respondido a los demandantes que el funcionario puede ampararse en la libertad de expresión y no ha tomado ninguna medida. "La Universidad es un lugar de educación, debe ser un modelo. En cambio, permite que se repita este hecho gravísimo durante años y utilizando un correo institucional. Se está enviando el mensaje de que esto es lo normal", critica Sánchez Moreiras.

Y es que los hechos se remontan a 2006, cuando otro trabajador dirigió una queja al rector y al secretario general y la responsable de Muller de CIG ante el contenido misógino y soez de algunos de los mensajes del denunciado. Durante los siguientes años, Pajares continuó compartiendo correos en los que se burlaba de mujeres que ostentaban cargos o de actividades organizadas por la Unidad de Igualdad.

De forma más reciente, los demandantes, como integrantes de la Asamblea en Defensa da Universidade (Aduvi), empiezan a reprochar públicamente el tono de los mensajes y el conflicto estalla cuando Martins presenta una queja ante la CIG en julio de 2014 que provoca la destitución de Pajares. Es entonces cuando éste empieza a través del correo comunitario una "incesante campaña de desprestigio tanto personal como profesional de los tres trabajadores".

En sus correos, el funcionario dice ser defensor de un feminismo "filosófico y marxista" y responde a las críticas amparándose en la libertad de expresión: "¿El delito que me imputan esos homínidos? Opinar, ironizar, satirizar...", se justifica.