Dos buzos se encontraban rodando escenas submarinas cerca de Avila Beach, en el sur de California, cuando un banco de peces que huían de algo les rodeó, forzándoles a salir a la superficie. Entonces, dos gigantescas ballenas jorobadas surgieron del fondo con sus bocas abiertas para tragar la mayor cantidad de pescado posible.

Cazados entre los mamíferos y sus presas, los buzos nadaron frenéticamente para salir a la superficie y apartarse de la trayectoria de ataque de los cetáceos.

"Vas a tener que hacer algo más para limpiar ese traje de neopreno", bromeaba uno de los miembros de la tripulación del barco desde el que se grabaron las espectaculares imágenes.