La muerte en lo que va de verano de casi una decena personas, cinco de ellas menores, en playas y piscinas de la Comunidad -el último un niño de dos años en una piscina de Torrevieja- ha llevado al Ministerio de Sanidad y a los socorristas a recomendar máxima alerta a padres y cuidadores, sobre todo en las instalaciones que carecen de servicio de socorrismo, como son las piscinas privadas, donde se aconseja colocar un cercado de 1,2 metros de altura imposible de escalar. Además de los fallecidos, hay otro menor ingresado en estado grave en un verano que lleva camino de ser tan trágico como el de 2012, en que fallecieron ahogadas 26 personas en la Comunidad, y otras 28 fueron rescatadas.

Respetar la señalización y evitar las imprudencias son clave para evitar ahogamientos entre niños y adultos tanto en las playas como en las piscinas, donde se han registrado cinco de los fallecidos. Muchos casos se producen en el entorno familiar, incluso en piscinas hinchables, ya que un bebé puede ahogarse en pocos centímetros de agua.

Los especialistas en Salvamento aconsejan a los bañistas hacer caso de las normas de seguridad de cada instalación y del personal responsable ya que las profundidades de las piletas pueden variar.

«Además, si están mucho tiempo al sol, hay que darse una ducha antes de entrar al agua para evitar los cambios bruscos de temperatura, y respetar las zonas de baño de niños y mayores, asegurándose de la profundidad. Y si hay menores, los padres deben prestarles una vigilancia extrema, no dejárselo todo a los socorristas», explicó uno de los técnicos de Salvamento del Patronato de Deportes de Alicante.

Otra clave para evitar riesgos en las piscinas es evitar meterse en el agua directamente en las horas de mucho calor tras haber hecho una comida copiosa o haber bebido alcohol. «Es peligroso». Lo mismo que bucear. «Al estar bajo la superficie del agua, el socorrista pierde el contacto visual y podemos no detectarlo».

La Federación de Salvamento y Socorrismo de la Comunidad Valenciana considera que en España no existe conciencia del peligro de piscinas y playas hasta que ocurre una desgracia, por lo que insta a cambiar la normativa para que sea obligatoria la presencia de socorristas en todas las piscinas de uso público, aunque tengan una lámina de agua con menos de 200 metros cuadrados, que es donde está el límite en la legislación actual. El presidente de esta federación, Jesús Troyano, reclama al Gobierno campañas de concienciación similares a las de Tráfico y que se empiecen a hacer desde el mes de abril, incluso con multas, dotando además a los socorristas de autoridad suficiente para imponer las normas.

«Viví hace un par de semanas un caso en Elda con un niño de 3 años, que fue reanimado por socorristas acreditados. Son esenciales, porque un niño se puede ahogar en un minuto y muchos padres se olvidan. Igual que nadie deja a un niño estar al lado de una ventana para que no se caiga al vacío, no hay que dejarlo solo en el agua». Troyano también criticó a los ayuntamientos y al Consell por no estar pendientes de que se cumpla la normativa, «en la Comunidad hay muchas piscinas con obligación de contratar a un socorrista que no lo tienen».

La Cruz Roja, que presta asistencia en 36 playas de seis municipios de la provincia asistencia en 36 playas de seis municipios de la provinciacon 272 profesionales, también apuesta por la prevención y reclama máxima precaución a los bañistas. Es decir, respetar las indicaciones de los socorristas, bañarse en zonas vigiladas y dentro del horario en que están bajo control, y tener en cuenta el color de las banderas: rojo de prohibición, amarillo de precaución y verde de normalidad para el baño.

La precaución debe extremarse en el caso de los mayores, niños y enfermos crónicos, los más vulnerables. «En las piscinas está habiendo muchos casos este año. Pero el mar es mucho más peligroso aún», explica Miguel Ángel Morales, coordinador del servicio de Socorrismo en las playas del término municipal de Alicante, el Postiguet, San Juan, Urbanova, la Almadraba y la isla de Tabarca, a cargo de 46 trabajadores de la empresa Proactiva Serveis Acuatics. En las playas del término de Alicante está habiendo suerte este verano. Los casos más graves atendidos por el servicio de Socorrismo han sido los de un hombre de 60 años que se desmayó a diez metros de la orilla en la playa del Postiguet y entró en parada cardiorrespiratoria. El bañista fue reanimado y a los once días fue a visitar al botiquín a quienes le salvaron la vida. En Hogueras rescataron del agua en la misma playa a un joven de 19 años intoxicado por ingesta de drogas, que estuvo muy grave en la UCI pero se está recuperando.

La imprudencia más común es bañarse con bandera roja. «La gente no se conciencia. Los puntos de vigilancia de las sillas no son suficientes y nos vemos obligados a patrullar por la playa. Cuando hay bandera roja hacemos miles de prevenciones, un domingo en la playa de San Juan podemos realizar entre 4.000 y 5.000 avisos. Cada 30 segundos nos paramos para obligar a alguien a salir».

Bañarse con bandera roja es un hecho sancionable con cantidades entre 700 euros y 1.500 euros, según la ordenanza municipal de Playas de Alicante, y es la Policía Local la que se encarga de multar. En lo que va de verano no se ha impuesto ninguna, pero en 2012 hubo cinco. Tres de ellas fueron para unos jóvenes que desobedecieron las indicaciones de los socorristas y después de los agentes en la playa de Urbanova.

Sin embargo, la mayoría de los rescates se hacen con bandera amarilla y en zonas señalizadas con corrientes peligrosas. En el verano de 2012 los socorristas realizaron 258, el 70% de ellos por imprudencias y por no respetar la indicación de peligro. En lo que va de temporada, los agentes han interpuesto cinco multas en la Albufereta por varar motos de agua en la arena. Porque otra de las imprudencias más comunes es invadir con embarcaciones, sobre todo con motos, la zona de balizamiento de los bañistas.

Los socorristas también están muy pendientes de una arriesgada moda en el mar: bañarse en zonas con acantilados, rocas y espigones. «La gente joven salta desde sitios peligrosos, sobre todo en Tabarca, lo que provoca muchas asistencias por traumatismos», apuntó Morales. Este verano está siendo más tranquilo en este aspecto pero en el Postiguet, cuando hay oleaje, el mar empuja a los bañistas hacia las rocas del Meliá, donde también hay gente que salta. En su caso, también insta a los padres a estar muy atentos con los niños. En su opinión, la mayoría de fallecimientos de menores en el agua se deben a imprudencias de los padres «porque los niños no tienen percepción del peligro».

Litoral de Elche

DYA es el encargado de prestar el servicio de socorrismo en las playas ilicitanas, con un dispositivo integrado por medio centenar de personas, entre socorristas, patrones de embarcaciones y coordinadores.

En este tiempo se han realizado cerca de 250 atenciones, fundamentalmente por picaduras de pez araña y medusas. Únicamente ha sido necesario trasladar a cuatro personas al hospital, por síncope, luxaciones y en dos casos por golpes de calor, y se ha rescatado a nueve personas del agua. El litoral ilicitano cuenta con cinco puestos de socorro, en El Altet, dos en Arenales, La Marina, El Carabassí y El Rebollo; dos ambulancias y cinco motos de agua.

Santa Pola

En Santa Pola el verano ha comenzado sin graves incidencias, según indican desde la Policía Local. Pescar fuera de horarios en los espigones o en lugares prohibidos como las playas, navegar con embarcaciones en zonas no permitidas o dejarlas varadas en la arena, consumir bebidas alcohólicas y drogas en las playas, estacionar en zonas reservadas a minusválidos, verter gasoil en el mar o consentir el baño de los perros en el litoral son las principales faltas que se han detectado en el municipio y que han sido motivo de sanción. En total se han contabilizado unas 150 denuncias. Al final de cada temporada estival se suelen registrar alrededor de seiscientas.

Ante la llegada masiva de turistas y de veraneantes a Santa Pola, la localidad ha reforzado la seguridad con 20 nuevos agentes de Policía Local. En salvamento y socorrismo, 22 socorristas de Cruz Roja son los encargados de la vigilancia en siete playas de Santa Pola. La sanidad también se ve reforzada con el verano. En este ámbito, las urgencias del centro de salud han incorporado a dos nuevos médicos, un pediatra y tres enfermeras más de lo habitual. Mientras que tres consultorios también han iniciado el servicio con un médico y un enfermero.

Playas de Benidorm

En Benidorm, los socorristas dicen llevar unas dos semanas bastante tranquilas en las playas. Desde el Ayuntamiento informan de que en los meses de julio y agosto sus playas están protegidas por equipos de salvamento desde las 9 de la mañana hasta las 8 de la tarde con nueve puntos de socorro y vigilancia de silla y a pie, tanto en la playa de Levante como en la de Poniente. En la ordenanza municipal especifican tres tipos de sanciones: leves, graves y muy graves. En caso de bañarse con bandera roja, la sanción sería grave y podría acarrear un desembolso para el infractor de entre 751 y 1.500 euros.

Costa sur

En el litoral de Guardamar del Segura, Torrevieja, Orihuela y Pilar de la Horadada, los servicios de socorrismo intentan persuadir a los bañistas de que cumplan las normas. Si no lo logran reclaman la presencia de la Policía Local, que cuando sanciona lo hace por desobediencia, aunque en algunos de estos municipios la normativa local de playas sí especifica multas. Los puntos más conflictivos son la playa de Guardamar y La Mata de Torrevieja. En ambos enclaves hay señalizados pasillos de corriente con bandera roja durante toda la temporada -al margen de la condiciones del mar- que los bañistas incumplen de forma sistemática. En esa zona los días de levante la Cruz Roja realiza docenas de rescates preventivos. También es habitual que bañistas sobrepasen los límites de la zona de baño con bandera roja.