­El Ayuntamiento de Alicante ha creado un programa pionero para la identificación y persecución de los autores de los grafitis vandálicos en toda España. Se trata de un programa informático con una base de datos en la que se incluyen imágenes de grafitis y la identificación de sus autores y que se conectará a todas las policias locales y nacionales y Guardia Civil de toda España. La primera aportación es la de Alicante que ya ha empezado a introducir 500 fotografías de grafitis con la identificación de sus 50 autores.

El programa es una iniciativa del concejal de Modernización, Pablo Sandoval, en colaboración con el de Seguridad, Juan Seva, y la aportación fundamental de la Policía Local, que en los últimos cuatro años ha conseguido identificar en la ciudad a 183 grafiteros y ha denunciado 1.753 grafitis, según señala el propio Seva.

El programa se presenta oficialmente en un cursillo que se desarrolla este fin de semana denominado «Grafística aplicada: determinación de autoría de grafitis» y en el que expertos en la materia formarán a una veintena de policías de toda España.

Pablo Sandoval destaca que el objetivo del programa es facilitar a los distintos cuerpos de seguridad del Estado la identificación y seguimiento de las personas que sin ninguna autorización ni permiso ensucian con sus grafitis las paredes y superficies de inmuebles públicos y privados, incluyendo edificios históricos, así como el mobiliario urbano.

Juan Seva, por su parte, explica la fundamental labor llevada a cabo por la nueva Unidad contra los grafitis de la Policía Local, que ha conseguido reducir notablemente el número de grafitis vandálicos gracias a un importante trabajo de investigación que ha logrado identificar a los grafiteros a través del «tag», que es como se denomina la firma de cada autor.

La decisión de plantear una base de datos nacional se debe a la movilidad de los grafiteros, que en cuanto se estrecha el circulo policial sobre ellos se suelen desplazar a otras ciudades.

ARGOT

Una firma o «tag» y una actividad ilegal llamada «bombing»

La actividad grafitera tiene su propio argot, tanto cuando se trata de una actividad legal, por efectuarse con autorización en una superficie determinada, como cuando se lleva a cabo de forma ilegal y clandestina.

Una palabra clave es la «tag», que es una especie de firma que identifica al autor de la pintada o al grupo, cuando la actividad se lleva a cabo colectivamente. La «tag» ha permitido identificar a 183 grafiteros en Alicante. Así lo explica Francisco Tortosa, responsable de la Unidad policial contra los grafitis, quien señala que de un tiempo a esta parte están surgiendo los grafitis vandálicos colectivos, efectuados por la «crew», que es «una especie de grupo de amigos, distinto a la banda ya que no tienen relación jerárquica».

Estos grupos efectúan dos tipos de grafitis, los legales, que son los artísticos y efectuados con autorización, y los «bombing», que son los ilegales y que realizan aquellos que salen a ensuciar las paredes y cualquier esquina. Tortosa señala que el cerco al que están sometidos los grafiteros en Alicante ha obligado a los que ya han sido identificados a desplazarse a otras ciudades, como Valencia o Murcia, de ahí la relevancia de incluir esta identificación en una base de datos para conocimiento de las distintas policías de toda España.

Acciones que en algunos casos constituyen delito

La sanción contra los grafitis vandálicos se recoge en la ordenanza municipal de limpieza con sanciones de hasta 750 euros. Además, también está castigado por el Código Penal, bien como falta, en el artículo 626, o incluso como delito, en los casos más graves como los que afectan al patrimonio histórico, en el artículo 263. En la imagen un grafiti vandálico efectuado ayer en la pared de vidrio del Mercado Central.