Los costes económicos que implican el mantenimiento de dos viviendas y la duplicidad de gastos en caso de separación o divorcio han llevado a un descenso de las rupturas matrimoniales en España registradas en 2011 hasta niveles de hace diez años.

El número de rupturas disminuyó un 2,3% en 2011 con respecto al año anterior, al pasar de 127.682 a 124.702, tras experimentar un repunte en 2010 para volver el año pasado a la tendencia al descenso de divorcios (los mayoritarios), separaciones y nulidades que comenzó en 2007, según las estadísticas del Consejo General del Poder Judicial.

En la provincia de Alicante, el descenso de las rupturas en 2011 respecto al año anterior fue superior a la media nacional, de un 3,8%, y se mantiene la tendencia descendente de los últimos años, según estas estadísticas.

Alicante registró el pasado año 5.136 disoluciones matrimoniales (entre nulidades -5-, divorcios -4.843- y separaciones -288-), unas doscientas menos que en 2010, en que se produjeron 5.343 rupturas. El descenso ha sido progresivo desde el año 2008, considerado el inicio de la crisis

La demógrafa investigadora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Teresa Castro, explica que en los últimos cuatro años no solo se ha cortado la tendencia creciente de las rupturas matrimoniales, sino que se ha registrado un descenso a niveles de 2001 o 2002.

De hecho, en la provincia de Alicante en 2004 se registraron 5.841 rupturas; en 2005 -cuando entra en vigor el divorcio exprés- comenzó el ascenso con 6.528 separaciones y divorcios, 6.791 (2006) y 6.257 (2007), mientras que desciende a 5.615 (2008), 5.391 (2009), 5.343 (2010) y 5.136 (2011). Si en el último año el descenso fue del 3,8%, en los últimos cinco años, desde 2006, ha sido del 24%.

Los costes de separarse implican dos viviendas y, en la actual situación de crisis económica, hay parejas que quieren separarse, pero no pueden permitirse sufragar sus necesidades económicas.

Teresa Castro destaca el aumento de parejas jóvenes que no se casan, sino que optan por uniones de hecho, que tienen unas tasas de separación más altas que los matrimonios por su carácter heterogéneo.

Hay un dato que revela la importancia de las uniones de hecho: el 20% de los niños en España nace en este tipo de uniones, lo que supone uno de cada cinco nacimientos.

Además, el perfil de las mujeres que rompen su matrimonio está cambiando, ya que antes las féminas más educadas se divorciaban más que las menos educadas porque disponían de más recursos, mientras que ahora todos los estratos sociales se han igualado en el acceso al divorcio.

El portavoz de la Unión Estatal de Asociaciones y Federaciones por la Custodia Compartida (UEFACC), Fernando Basanta, subraya que desde la entrada en vigor de la ley del divorcio exprés en 2005 las rupturas matrimoniales han ido en aumento, pero la crisis ha motivado un descenso por razones económicas.

"Divorciarse es muy caro porque hay que pagar abogados, los gastos se duplican y se necesitan dos viviendas, en lugar de una", precisa Basanta, quien expresa su preocupación por el incremento de las disoluciones de matrimonios "por vía contenciosa" en torno a seis puntos desde 2005.

En la actualidad, por cada tres matrimonios que se celebran, se tramitan dos divorcios, precisa Basanta tras afirmar que "España se ha convertido en una sociedad divorcista", en la que la gestión de las separaciones "cataliza la conflictividad en el seno de las familias". A su vez, el portavoz del Foro Español de la Familia, Benigno Blanco, estima que el nivel de rupturas matrimoniales es "un problema social muy serio".

En términos absolutos, Andalucía fue la región donde más parejas se divorciaron (22.023), seguida de Cataluña (20.911), Madrid (15.777) y la Comunidad Valenciana (15.192). Los divorcios se redujeron en todas las comunidades salvo en Galicia, Castilla-La Mancha, Cantabria, Navarra y La Rioja.