­A Eulalio Campos, propietario de Avicamp, una granja avícola de Guardamar del Segura, le ha costado 200.000 euros adaptarse a la nueva directiva europea de Bienestar Animal que, tras varia moratorias, entra en vigor en España el 31 de julio. Con una capacidad para 20.000 gallinas, la de Eulalio «es una granja pequeña y esta remodelación nos resulta muy gravosa, y más ahora cuando los bancos no te financian y por eso, más de una granja ha optado por cerrar, sobre todo las que no tienen un relevo generacional». La normativa ha supuesto una reducción de la producción avícola en toda Europa lo que, unido a la necesidad de compensar la inversión por parte de los productores, ha encarecido los huevos que, según datos del ministerio de Agricultura recogidos por Europa Press, han duplicado su precio pasando de los 0,96 euros que costaba la docena en enero, a los 1,44 euros que cuesta de media ahora. «Además partimos de menos de cero, porque los piensos han subido y también el combustible, de forma que es inevitable que se encarezcan los huevos», ha señalado Eulalio Campos a este respecto. Estos factores repercuten también en el coste final del producto, aunque se está notando menos de momento en las grandes o medianas superficies porque negocian directamente sus precios con los productores de forma mensual o trimestral. En los mercados y tiendas de la provincia, sin embargo, ya se aprecia el encarecimiento. «El precio lleva subiendo desde hace dos o tres semanas» ha indicado Enrique Fuster, de Carnicería San Blas, quien ha indicado que «hay una diferencia de unos 20 céntimos por docena de forma que el que costaba 1,50 euros hace un mes ahora cuesta 1,70, o más, y eso es lo que pagamos nosotros». Fuster de momento no ha tenido problemas de abastecimiento, aunque Eulalio Campos sí cree que «hay una pequeña psicosis de falta de materia prima, y hay quien sí parece que está haciendo acopio». La provincia produce menos huevos de los que necesita y los trae sobre todo de Castilla-La Mancha y de Murcia.

El aumento de precios repercute también en el sector de la pastelería que tiene en los huevos uno de sus principales productos. Ahora de cara a la Semana Santa se utilizan millones de huevos para las tradicionales monas cuyo precio también ha aumentado. Pep Sala de la confitería la Guinda de Alicante ha indicado que «una mona ahora puede costar unos 10 ó15 céntimos más porque la docena de huevos ha subido 30 céntimos como poco».

Además de la inversión que los criadores de gallinas ponedoras tienen que realizar en sus granjas, «hay otro problema y es que los ayuntamientos ponen muchas trabas a la hora de dar los permisos de obras que necesitan las explotaciones ya que en muchos casos para mantener su número de animales tienen que aumentar de tamaño según resalta José Daniel Sansano, técnico de la Asociación de jóvenes agricultores de Alicante, Asaja. En cuanto a las ayudas para adaptarse a la norma Sansano ha indicado que «la conselleria de Agricultura saca a veces ayudas pero están prácticamente congeladas por la crisis».