Dicen que de las peores situaciones surgen las mejores ideas o en su defecto las más efectivas. Actualmente nos encontramos en una grave situación económica en la que encontrar clientes se hace cada vez más complicado, y sino que se lo pregunten a los hosteleros de Valencia, que ven como cada día son más los que se limitan a consumir una cerveza en vez de dos y menos los que acuden a sus bares a almorzar, comer o cenar.

Ante esta situación han recurrido a diferentes iniciativas con el fin de aumentar su clientela, muchos han decidido bajar los precios, otros incluir la tapa con la bebida, pero a nadie hasta el momento se le había ocurrido la idea de incluir un striptease en el menú del mediodía como al propietario del bar restaurante La Campana situado en el polígono industrial El Oliveral de Riba-roja.

Ayer, sobre las 14.30 del mediodía, aproximadamente cerca de 100 trabajadores se encontraban en el restaurante. Mientras algunos intentaban pedir mesa a la camarera para poder comer, otros estaban terminando el postre, y la gran mayoría esperaba de la mano de la copa después del café, ansiosos la salida de la stripper, que desde hace una semana cada martes, miércoles y viernes viene haciendo un poco diferente la hora de la comida a aquellas personas que deciden parar a comer en este local.

Cinco minutos más tarde, una de las camareras pone la música para dar la bienvenida a la stripper que apareció en lo alto de unas escaleras. Disfrazada de enfermera, con su blusa y su cofia blanca, y con unos zapatos beige de tacón de aguja, empezó a bajar, a la vez que algunos clientes silbaban y otros gritaban «ahí va el postre», «rubia», «a mí ya no hace falta que se saquen la comida, con esta tengo bastante».

Una vez en el comedor del resyaurante la chica empezó su espectáculo, yendo de mesa en mesa, y quitándose sus prendas al compás de la música hasta quedarse desnuda y despedirse entre los gritos y aplausos de un público enfervorizado.

Los clientes, encantados

Como comentábamos al principio nos encontramos ante una iniciativa que puede ser del todo cuestionable, pero de lo que no cabe ninguna duda es de que para los propietarios del restaurante está siendo del todo efectiva, puesto que según han afirmado algunos clientes, «desde que se viene practicando esta iniciativa se ha incrementado la clientela».

Otro cliente añadió que «parece ser que el estado de alegría en el que se ven envueltos algunos, hace que consuman más bebida, ya sean cervezas o copas, permitiendo así finalmente al propietario hacer más caja».