Joan Escandell, Joana, se mostraba ayer radiante de alegría por haber realizado quizá la pesca de su vida: un calamar de 1,02 metros de largo, sin medir los tentáculos, y que pesa 15 kilos. La captura se produjo el pasado lunes por la tarde cuando navegaba a lo largo de Cala Saona en su llaüt, como suele hacer todas las tardes de buen tiempo.

De repente avistó en la superficie el movimiento de algún pez que no logró distinguir, pero a medida que se fue acercando pudo observar que se trataba de un calamar de grandes dimensiones. Entonces no lo dudó, cogió el gancho que los pescadores suelen llevar a bordo para ayudar a sacar del agua las presas de mayor tamaño y, de un golpe, se hizo con el animal.

Especie poco común

Inmediatamente el pescador se llevó su presa a casa y al día siguiente no pudo resistir hacerse una foto con el calamar, que por su gran tamaño se sale de las características que tienen los cefalópodos de la misma especie que se pescan en aguas de las Pitiusas. Joan Escandell se preguntaba si sería comestible, ya que aseguró que en su vida había visto un ejemplar igual.

Sin embargo, a finales de los años ochenta los pescadores de la Savina aún recuerdan cuando apareció un calamar de similares dimensiones, seguramente arrastrado por el temporal, en la zona rocosa de Cavall d´en Borràs, debajo des Molí de Sal.

Los profesionales del mar consultados coinciden en asegurar que un calamar de un metro de largo y 15 kilos de peso es muy poco frecuente. Lo que parece evidente es que se trata de una especie poco común que por su morfología y color no coincide con los apreciados calamares que normalmente se pescan, con potera, en aguas de Ibiza y Formentera. También cabe la posibilidad de que se trate de un ejemplar de calamar llamado gigante, aunque estos tienen dimensiones mucho más grandes que el pescado por Joana.