La Comisión Europea ha presentado este martes una estrategia cuyo objetivo es frenar la extinción de especies animales y vegetales y detener la pérdida de biodiversidad de aquí a 2020. Entre las medidas que incluye este plan destacan restaurar al menos el 15 por ciento de los ecosistemas degradados y controlar y erradicar las especies invasoras.

Las actuales tasas mundiales de extinción de especies son hasta 1.000 veces superiores a las tasas naturales, debido sobre todo a la actividad del hombre. En la UE, cerca del 25 por ciento de sus especies animales (mamíferos, anfibios, reptiles, aves y mariposas) están en peligro de extinción, y el 88 por ciento de las poblaciones de peces están sobreexplotadas o considerablemente mermadas, según los datos de Bruselas.

Si no se hace nada para proteger la biodiversidad, la pérdida anual de servicios ecosistémicos podría elevarse a 50.000 millones de euros y, para 2050, las pérdidas acumuladas en términos de bienestar supondrán el 7 por ciento del PIB, de acuerdo con diversos estudios.

"Estamos gastando demasiado rápidamente nuestro capital natural, y todos sabemos lo que sucede cuando nos endeudamos más de lo que podemos permitirnos. Los ciudadanos de la UE reconocen la gravedad de la situación y los fallos habidos hasta ahora al enfocar el problema. Ha llegado el momento de incrementar nuestros esfuerzos muy notablemente", ha dicho el comisario de Medio Ambiente, Janez Potocnik.

De hecho, la UE se había propuesto detener la pérdida de biodiversidad ya en 2010. Pero la falta de resultados le ha llevado a aplazar este objetivo otros 10 años.

La estrategia presentada este martes fija seis objetivos prioritarios y sus correspondientes medidas. El primero de ellos consiste en completar la creación de la red de espacios protegidos Natura 2000 para garantizar una adecuada protección de especies y hábitats. En la actualidad, Natura 2000 cubre el 18 por ciento del territorio de la UE (por encima del objetivo para 2020, que es el 17%), pero Bruselas ve necesarios más esfuerzos en las zonas costeras y marinas, ya que sólo el 4% están protegidas (frente a un objetivo del 10%).

El segundo objetivo es recuperar en los próximos 10 años al menos el 15% de los ecosistemas degradados, en particular aumentando el uso de infraestructuras verdes. Los Estados miembros, asistidos por la Comisión, deberán presentar sus prioridades en 2014. Este objetivo se ajusta a lo que se decidió a escala internacional en la conferencia de Nagoya (Japón) el año pasado.

El Ejecutivo comunitario quiere además reforzar la sostenibilidad de la agricultura y la silvicultura, de manera que las medidas de desarrollo rural financiadas por la política agrícola común den prioridad a la conservación de la biodiversidad y que se incentive a los propietarios de bosques a adoptar planes de gestión que incluyan también medidas dirigidas a este objetivo.

Bruselas propone reforzar la protección de las poblaciones de peces de la UE por considerar que, pese a la reforma de la política pesquera común en 2002, en el 88% de los caladeros de la UE se pesca por encima del nivel sostenible.

El quinto objetivo de la estrategia pasa por controlar las especies invasoras, como el mejillón cebra, que cada vez más son el origen de la pérdida de biodiversidad de la UE. De hecho, se calcula que los costes asociados a las especies invasoras en la UE ascienden a 12.500 millones de euros al año. Finalmente, el Ejecutivo comunitario propone aumentar la contribución de la UE a una actuación concertada a escala mundial para prevenir la pérdida de biodiversidad.

España y otros 15 países piden medidas concretas y eficientes

La ministra de Medio Ambiente, Rosa Aguilar, y otros 15 ministros de la UE han suscrito una declaración conjunta en la que piden medidas "concretas y eficientes" para conservar la biodiversidad. Los firmantes urgen a la Comisión Europea a "invertir" y "mejorar los esfuerzos" llevados a cabo hasta ahora.

Los 16 países destacan que, casi seis meses después de la celebración de la Cumbre de Nagoya sobre Biodiversidad, "es tiempo de actuar" así como de poner en práctica los compromisos adquiridos durante el pasado año. El texto está firmado por los ministros de España, Bélgica, Bulgaria, Chipre, Dinamarca, Francia, Alemania, Grecia, Malta, Rumanía, Eslovenia, Suecia, Reino Unido, Italia y Hungría, país que ejerce durante este semestre la presidencia europea.

El texto sostiene que la estrategia de la UE para alcanzar el objetivo 2020 sobre biodiversidad presentada por Bruselas, que ahora debe ser negociada con los Estados miembros, representa una "oportunidad única" para alcanzar las metas y objetivos acordados a nivel global.

"Es necesario poner en marcha progresivamente y con determinación medidas concretas, viables y eficientes tanto por la UE como por los Estados miembros, involucrando a los actores y sectores más relevantes en la aplicación de la decisiones adoptadas en Nagoya", plantea el documento.