La crisis económica actual está detrás de ciertos comportamientos agresivos al volante y de un menor cuidado por las revisiones mecánicas que pueden desembocar en un aumento de la siniestralidad vial, accidentes que pueden llegar a duplicarse en los próximos 20 años y suponer una ruina para las economías nacionales.

Así se ha puesto de manifiesto en el segundo Congreso Internacional de Prevención de Riesgos en los Comportamientos Viales, que acoge Valencia hasta el próximo sábado.

La siniestralidad vial, los accidentes de trabajo viales, los perfiles de riesgo, las medidas normativas, las estrategias preventivas o las contradicciones entre la educación vial y los valores que se transmiten a niños y jóvenes son algunos de los temas que se tratarán en este encuentro.

Según el presidente de la Fundación Española para la Seguridad Vial (FESVIAL), Luis Montoro, la crisis económica puede tener consecuencias en los accidentes de tráfico, algunas beneficiosas, ya que, según una investigación realizada por la Fundación, la mitad de los conductores asegura que va a "comportarse mejor" porque en estos momentos una multa es "insostenible para su bolsillo".

Pero también hay consecuencias negativas, ya que el 30% de los conductores encuestados dice notar más agresividad y distracción en el tráfico, y un 25% asegura que aunque sus neumáticos están en muy mal estado no va a cambiarlos porque sus condiciones económicas no se lo permiten.

"La crisis va a traer ventajas por un lado, pero gravísimos inconvenientes por otra parte", ha señalado Montoro, quien ha advertido de que hoy en la carretera "mata más el móvil que el alcohol y cualquier invento que se introduzca en el tráfico puede crear un verdadero problema".

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el número de muertos en accidentes de tráfico podría pasar del actual 1.300.000 a casi 2,5 millones en el 2030, lo que situará a estos siniestros entre las cinco primeras causas de muerte.

"Ruina económica"

La OMS también ha pronosticado una "verdadera ruina económica" si no se aborda el problema, ya que se calcula que entre el 1 y el 4% del PIB se destina a los accidentes de tráfico, y sumando gastos sanitarios y materiales el gasto anual es de 950.000 millones de dólares, "algo que las modernas sociedades no pueden soportar", ha dicho.

"Queda mucho por hacer y por investigar", ha señalado Montoro, quien ha considerado que para solucionar este problema es necesario mejorar los vehículos, pues supone un "verdadero riesgo" que por las carreteras circulen vehículos con más de diez años de antigüedad, y en España suponen el 30% del total.

También es necesario mejorar el control policial, las infraestructuras, especialmente la señalización, y "trabajar mucho con el operador humano, con la formación que tiene que empezar desde pequeños".

En este sentido, ha indicado que se exige a los niños y jóvenes que tengan un comportamiento vial adecuado, pero el hecho de que sus padres se salten un semáforo, el autobús escolar pare en cuarta fila o vean películas donde se destrozan coches, son hechos "que marcan y troquelan el comportamiento del niño a nivel vial".

Según Montoro, los jóvenes que más se saltan los semáforos y menos se ponen el cinturón de seguridad suelen ser aquellos que tienen padres que también realizan esas acciones.

Seguridad Vial en las escuelas

Por ello, ha abogado por incluir Seguridad Vial como una asignatura más en las escuelas, ya que "es muy importante que el niño sepa Geografía, Matemáticas o Historia, pero más importante que todo eso es salvar su vida".

Montoro ha destacado que los muertos en accidentes de tráfico en las carreteras españolas han descendido un 45% desde 2001 a 2008 y convierten a España, tras Francia y Luxemburgo, en el país que ha conseguido un mayor éxito en este sentido.

"Pasar de 9.000 muertos a 3.500 es un logro extraordinario, pero hay que estar prevenidos porque el tráfico es algo variable", ha asegurado el presidente de FESVIAL.

A su juicio, grandes temas como la velocidad y el alcohol "siempre estarán presentes, pero ya están controlados", y por ello hay que dar un "giro radical a la política de seguridad vial e irse hacia los niños y personas mayores" como grupos de riesgo, los accidentes laborales o el impacto de la distracción, que supone el 40% de las muertes por accidente.