Con el objetivo de romper estos estereotipos y mostrar la auténtica realidad de la inmigración, el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCC) ha organizado una serie de debates, que empezaron con el análisis de la comunidad paquistaní afincada en Barcelona y han seguido con la comunidad china.

Según el antropólogo social Joaquín Beltrán, los inmigrantes chinos son una comunidad con un alto grado de movilidad que se desplaza rápidamente allí donde detecta dinamismo económico.

Ésta es la razón por la que ha aumentado el número de inmigrantes chinos llegados desde 1992 a Cataluña, que actualmente es la comunidad autónoma con mayor concentración de España de ciudadanos chinos.

Los dos puntos donde la concentración es más alta (el barrio de Fondo de Santa Coloma de Gramanet y la izquierda del barrio del Ensanche de Barcelona) no superan las 2.000 personas, por lo que "los chinos están muy lejos de la creación de barrios gueto", según Beltrán.

"Los inmigrantes de origen chino se dispersan mucho por el territorio porque se dedican a los pequeños negocios, como los restaurantes y las tiendas de 'todo a cien', y buscan pueblos o barrios donde el mercado de este tipo de oferta no esté saturado", según el investigador de Estudios de Asia Central, Carles Brasó.

"De la misma manera que no es cierto que tengan más tendencia a agruparse en guetos que el resto de inmigrantes, tampoco es verdad que sean cerrados", según Brasó, que da clases de historia y cultura china en la Universidad Pompeu Fabra (UPF).

"Culturalmente, a los chinos les cuesta ser directos en un primer contacto, por lo que nosotros solemos pensar que son cerrados o tímidos, pero si consigues vencer esa barrera descubres que no tienen grandes secretos que esconder", ha añadido Brasó, que ha entrevistado a miembros de la comunidad china en Cataluña para su documental "Guichen. Viaje de retorno".

En este documental, un grupo de adolescentes nacidas en España de padres chinos se lamentan de que lo único que saben los españoles sobre la comunidad china es que "no entierran a sus muertos en los cementerios españoles".

Esta leyenda negra es, según Brasó, un claro ejemplo de lo inexactos y perjudiciales que son los prejuicios que pesan sobre esta comunidad.

"Corren rumores morbosos sobre el posible paradero de los cadáveres, cuando lo único que pasa es que en China es tradicional ser enterrado en el lugar donde naces", ha aclarado Carles Brasó, que ha añadido que "como la mayor parte de los inmigrantes chinos son de primera generación, su lugar de nacimiento está en China", cosa que no pasará cuando empiecen a morir la segundas generaciones.

Además, "los mayores de 65 años apenas representan el 1,7 por ciento del total de sus residentes, por lo que no es extraño que su mortalidad sea todavía poco significativa", según Beltrán.

Otro estereotipo recurrente es el que califica a los inmigrantes chinos de personas engreídas, que están convencidos de que su cultura es superior a la occidental y no se esfuerzan en integrarse ni aprender la lengua del país de acogida.

En este sentido, Brasó cree que influye la ética del trabajo de los chinos, que les convierte en trabajadores infatigables, cuyo principal objetivo es ahorrar dinero para crear una empresa familiar y poder dedicar el dinero que generan al bienestar de sus padres en China y a la educación de sus hijos en España.

"La primera generación se centra en trabajar y tiene poco tiempo para estudiar idiomas", según Braso, que está convencido de que la comunidad china "no desprecia la cultura occidental" y que la segunda generación "está mucho mejor integrada".

No obstante, la primera generación procede de un país comunista y "tienen hábitos de consumo muy distintos" que dificultan que se interrelacionen con los occidentales "en centros comerciales o lugares de ocio".

El 70 por ciento de los inmigrantes chinos que residen en España proceden de la comarca de Qingtian, una zona montañosa con una larga tradición migratoria.

El documental de Braso muestra la realidad de esta zona de china porque "la mejor manera de romper estereotipos es conocer".