Pasado el primer mes, para muchas duro, llega lo que Galán llama la «fase del enamoramiento» del bebé en la que todo gira en torno a él, no importa el cansancio, la ausencia de horarios para comer o dormir, el aspecto personal o el de pareja. Monopolizan los temas de conversación, se juntan con amigos que también tienen hijos para compartir experiencias», dice la experta, que anima a los padres a no «quemar etapas más rápido de la cuenta» y disfrutar de una de las más apasionantes porque luego no hay vuelta atrás.

«Luego hay añoranza de esta etapa, porque da la sensación de que has querido vivirlo todo demasiado deprisa, comprarle cosas de mayor, hacer viajes que no tocaban, y de ahí vienen los terceros hijos y cuartos, porque recuerdan los primeros años e iban acelerados por querer hacerlo bien».

En esta etapa, una de las preocupaciones más importantes para los padres es la alimentación, sobre todo ahora que «cada vez hay más tendencias y más modas»; o el sueño, ya que «muchos padres quieren que el bebé duerma como adultos y se buscan soluciones rápidas».