Pisando firme, con una sonrisa de satisfacción dibujada en el rostro y un porte más propio de la Mercedes Fashion Week que de una cita en la Fiscalía acudió ayer la edil tránsfuga del Ayuntamiento de Alicante Nerea Belmonte (expulsada de Guanyar hace más de dos años por adjudicar contratos menores a una empresa de su entorno) a explicar a los dos fiscales anticorrupción de la provincia, Felipe Briones y Pablo Romero, el supuesto intento de compra de su voto tras la denuncia presentada por dos ciudadanos de Alicante, uno de ellos el exdirigente vecinal José Luis Valdés.

Un presunto soborno que la expodemita desveló hace un mes, en el primer pleno de Luis Barcala como alcalde de Alicante, donde dijo que desde la izquierda se le había ofrecido un sueldo de 3.500 euros y un puesto de salida en las listas a cambio de que apoyara a la candidata del PSOE a la Alcaldía, Eva Montesinos, lo que al final no hizo al mostrar una papeleta en blanco en la investidura, lo que permitió el regreso del PP a la Alcaldía después de tres años de gobierno de la izquierda.

Unas palabras, las del intento de compra de su voluntad en ese pleno, que la exconcejala de Guanyar ratificó a los acusadores públicos, ante los que implicó al exsenador socialista Ángel Franco, además de a alguna otra persona cuya identidad no ha trascendido, en esta turbia oferta para que la Alcaldía no cambiara de color político tras la dimisión del socialista Gabriel Echávarri.

Reuniones

Según ha podido saber este diario, la tránsfuga no sólo confirmó en sede judicial todo lo dicho en el Salón Azul del Ayuntamiento, sino que aportó «un expediente» y amplió su relato dando detalles de reuniones previas en las que se habría materializado esa oferta. En una de ellas, celebrada presuntamente un día antes del pleno de investidura, Franco habría visitado el domicilio de Elsa Martínez, exdirectora de Ciudad de la Luz durante el gobierno del PP en el Consell.

Curiosamente, el exsenador, que maneja los hilos del socialista alicantino durante los últimos veinte años, intentó apartar a Montesinos de la Portavocía del grupo municipal del PSOE tras perder la Alcaldía por el voto en blanco de la tránsfuga Belmonte. El movimiento fue finalmente neutralizado desde el PSPV, dirigido por Ximo Puig.

Durante dos horas estuvo declarando ayer la edil, que lo hizo sola aunque acudió a la citación acompañada por un abogado, dado que los fiscales estimaron que no era preciso al no comparecer como investigada. Y casi otra hora más estuvo la exresponsable del complejo cinematográfico, con quien Belmonte llegó a la Fiscalía y quien fue parte activa en las negociaciones previas al polémico pleno de investidura, además de ser amiga de la concejala.

Aunque en principio no estaba prevista la declaración de Martínez, parte de lo recogido en el relato de Belmonte hizo que los fiscales consideraran necesario interrogar también a la exmujer del actual presidente local del PP, Antonio Peral, a la que invitaron a hacerlo después de que Belmonte concluyera su testimonio.

Tras la comparecencia de las dos mujeres todo apunta a que los fiscales ampliarán la investigación con otras testificales, que no necesariamente quedarán limitadas al entorno del PSOE. A las más que previsibles citaciones de aquellas personas a las que tanto Belmonte como su amiga Elsa Martínez aludieron en sus respectivas comparecencias de ayer, no sería de extrañar que las indagaciones alcanzaran también al PP en un intento de aclarar las circunstancias que rodearon el voto en blanco de la edil, que acabó dando la Alcaldía al popular Barcala. Ambas comparecencias son consecuencia de la denuncia presentada por dos ciudadanos, el exdirigente vecinal José Luis Valdés y Francisco García, una denuncia que ayer tuvo que ser ratificada antes de las declaraciones.