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«No ponemos el foco en las grandes evasiones fiscales»

El secretario del colectivo de técnicos de Hacienda entona el «mea culpa» y aboga por investigar las grandes rentas

«No ponemos el foco en las grandes evasiones fiscales»

«Se trata de transformar los fondos obtenidos de forma ilícita en dinero legal. Hay mil maneras distintas de hacerlo», asegura el secretario general del colectivo de técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha), José María Mollineda quien, añade que es «imposible de detectar, salvo por circunstancias excepcionales».

Aún así, entona el «mea culpa» y asegura que «no estamos poniendo el foco en la detección de grandes evasiones fiscales» sino en «las irregularidades de autónomos y Pymes, que son más fáciles de descubrir y aseguran el cumplimiento de los objetivos de la Agencia Tributaria». Por ello, afirma que la lucha de la investigación tributaria «debería estar situada en las personas que tienen grandes rentas porque al investigar las cuentas tal vez se puede tirar del hilo».

Pero, empecemos por el principio. Posibilidades de blanquear dinero hay muchas, pero Mollineda destaca tres y habla de «comprar». Así, los métodos preferidos son: inmuebles, obras de arte y oro. Parte de esa compra será en B, tendrá apariencia lícita y transformará unos fondos adquiridos de forma ilegal en dinero de curso legal que pasará al vendedor.

La compra la puede realizar un particular, sociedad o fundación. «El precio del arte es impreciso porque valen lo que uno esté dispuesto a pagar por ellas. Blanquear dinero mediante la compra de inmuebles pagando parte en B está a la orden del día. Otra opción que cobra fuerza es la adquisición de oro que se guarda en cajas de seguridad bancarias», explica.

El dinero negro se puede guardar, pero el mejor «escondite» es, sin duda, un paraíso fiscal, sobre todo si se habla de cantidades que no caben ni en un ropero. ¿Cómo llevar hasta allí el dinero sin que salten las alertas ? Mollineda pone un ejemplo: «Imaginemos una empresa de muebles que quiere llevar un millón de euros al exterior. Así que dice que necesita materia prima, la madera, de un país de África. Se envía una partida por valor de un millón de euros a una empresa solvente en ese país. Nada más llegar ese dinero se reenvía a un lugar más seguro como puede ser Suiza, Malta o las Islas Vírgenes. La mercancía nunca llegará a ninguna parte. Se habrá quemado o el barco se habrá hundido. No hay posibilidad de que cualquier Administración española consiga la colaboración. Incluso se puede provocar el incendio de una mercancía por un valor menor. Imposible saber si lo que había dentro del almacén era por valor de un millón de euros o de 50.000. De esta forma la mercancía nunca llega, pero el millón de euros ha salido a Senegal y desde Senegal voló a las Islas Vírgenes Británicas prácticamente en un minuto».

En los casos de corrupción política, el experto asegura que «quien paga las comisiones dispone de esta infraestructura para el blanqueo. Luego pasará el dinero X que le corresponda al político de turno a una cuenta cifrada que convenientemente le habrá indicado. Las alarmas del blanqueo de capital no saltan».

«No hay un testaferro»

Los movimientos de dinero no se hacen solos, y quien quiere blanquear el capital no quiere figurar. ¿Cómo funciona? Mediante «testaferros», aunque estos pueden ser personas o mediante sociedades interpuestas que es, sin duda, «la fórmula más habitual».

«Cuando una persona ha amasado una fortuna no sitúa a un testaferro al frente de ese dinero. Lo que se hace es constituir sociedades en un país y enviar el dinero a otro lado. Se suele contratar a un administrador fiduciario. El despacho sitúa a una persona al frente, pero esa persona desconoce dónde tiene los bienes esa empresa. Y la persona que tiene una sociedad en Panamá no va a dejar los bienes en Panamá; se va a llevar los saldos a las Islas Caimán. Al administrador le va a dar un código de cuenta de la banca electrónica en Panamá, para que puede utilizar esos saldos a su conveniencia y realizar transacciones a Suiza o a donde quiera. Esa es la fórmula que utilizan», explica.

Ahora queda la última parte. Una vez enviado el dinero a un paraíso fiscal, ¿cómo puedo disponer de él? ¿Cómo se recupera? La manera «más sencilla» es, según Mollineda, realizar inversiones en el país por parte de sociedades extranjeras. «En principio la Administración no realiza un especial seguimiento. Cierra un poco los ojos. Es fácil de comprender cuando una de las fórmulas para adquirir la residencias en este país es la de comprar un inmueble. Parece un error de Zaplana comprar por dos millones sin hipoteca. La forma de que regrese el dinero ilícito es que las sociedades extranjeras realicen inversiones».

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