El Consell no habló ayer del asunto al que se refiere toda España: la casa con jardín y piscina que Pablo Iglesias e Irene Montero, los líderes de Podemos, se han comprado en la sierra de Madrid por valor de 600.000 euros. Eso es lo que dijo al menos la vicepresidente del Consell, Mónica Oltra, en la rueda de prensa posterior al pleno del Consell. El ejecutivo, afirmó, no habló en su reunión sobre el chalé y «ni ha hecho tan siquiera chascarrillos en el café». «Como no lo hemos valorado y no creo que sea muy atrevido decir que no comentará estos temas, yo como portavoz no tengo mucho que opinar sobre una cuestión que se sitúa en la esfera privada de las personas», zanjó Oltra.

El argumento de que se trata de una cuestión que se restringe a la vida privada de la pareja fue manejado también ayer por el secretario general de Podemos en la Comunitat Valenciana. «Ellos toman decisiones relativas a su vida privada sobre las que no puedo entrar. Vida privada sometida al máximo escrutinio y sobre la que siempre han dado explicaciones», dijo Antonio Estañ a INFORMACIÓN. «No hay que caer en el discurso de que para defender ideas progresistas tienes que hacer voto de pobreza», agregó. El líder morado subrayó el «estricto» código ético de los representantes de Podemos, que contempla limitar salarios y tiempo en política y que «todos cumplimos a rajatabla». En los foros internos han surgido voces que cuestionan la actuación de Iglesias y Montero. Algunas voces de la dirección valenciana admitían ayer «estupor» en una parte de las bases dada la posición «contundente» del partido en materia de vivienda contra la cultura de la propiedad.

Estañ evitó, no obstante, una posición crítica, a pesar de que la sintonía con Iglesias ha quedado demostrado que no es total. Las últimas visitas de este a València han sido a actos de un sector minoritario, en el que se sitúan el profesor Héctor Illueca y la senadora Pilar Lima. En la última, la dirección actual se ausentó, aunque antes había mantenido un encuentro privado con el líder. En esa visita quedó clara también la distancia actual con la estrategia de Compromís y su líder, Mónica Oltra, tras la advertencia de que si el partido valencianista decide ir por libre en las elecciones autonómicas no podrá reeditar coalición con Podemos en las generales.

Al margen del chalé de Pablo Iglesias, el pleno del Consell sí habló del anteproyecto de ley de la Sindicatura de Greuges. La principal novedad de esta norma es que amplía sus funciones y refuerza su estructura al pasar de 2 a 3 adjuntos, para garantizar la paridad y la especialización. Como informó este diario, se amplía el mandato de 5 a 7 años sin posibilidad de una reelección y se suprime el aforamiento.