El procedimiento abierto en los tribunales para investigar si hay un reparto arbitrario de las subvenciones directas de la Diputación de Alicante, conocidas como «ayudas a dedo», sigue adelante y ha forzado al presidente de la institución provincial, César Sánchez, a echar el freno en su último plan inversor de 30 millones previa consulta a los servicios jurídicos. La titular del juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 4 de Alicante que tumbó de forma provisional la ayuda «a dedo» de casi 800.000 euros a Busot para un polideportivo ha decidido mantener la suspensión de la adjudicación y continuar la tramitación de la demanda que cuestiona el reparto de las ayudas denunciado por Compromís. Así se desprende de una diligencia firmada el 11 de mayo en la que la jueza decide continuar con la tramitación del procedimiento, que no se instruye por lo penal sino por un procedimiento administrativo. Con esta decisión la magistrada anticipa que se meterá de lleno a estudiar las ayudas directas de la institución y da cinco días a la Diputación para que conteste a la demanda.

Tras denunciar Compromís incumplimiento de la normativa en el reparto de ayudas y un presunto trato a favor a unos municipios por encima de otros, la jueza suspendió en marzo de forma provisional la ayuda a Busot, donde gobierna Alejandro Morant, vicepresidente tercero y diputado de Hacienda. El procedimiento contencioso fue el primero en poner en cuestión el sistema de reparto de subvenciones directas de la institución. En este caso se trata de un proyecto para un polideportivo municipal financiado al cien por cien por la Diputación de Alicante y cuya inauguración se haría a las puertas de las elecciones locales de 2019.

Retirar para después «colar»

La ayuda al pueblo de Busot se suspendió y el PP retiró las ayudas a dedo tras pactar el pleno un nuevo sistema de reparto. Además de la de Busot, el equipo de gobierno retiró otra a La Nucía y Mutxamel, donde también son alcaldes un vicepresidente y un diputado del equipo de César Sánchez. Sin embargo, el PP ha «colado» estas ayudas en el último plan inversor de la Diputación: el Plan de Obras Financieramente Sostenibles, cuyo reparto se está negociando con Compromís y EU, que no están de acuerdo con las ayudas, mientras que el PSOE sí lo avala. Ayer miércoles estaba prevista la comisión de Hacienda previa al pleno para someter el plan de sostenibles a votación para su aprobación.

Sin embargo, fue el propio alcalde de Busot, Alejandro Morant, quien pidió cautela la semana pasada al equipo de gobierno del PP después de que Compromís hiciera público que los populares podrían estar incurriendo en una desobediencia judicial adjudicando ahora la ayuda a Busot, sobre la que tenían que cuestionarse los tribunales. Y esa cautela ha forzado a César Sánchez a frenar la tramitación de las sotenibles, sobre las que había alcanzado un acuerdo con el PSOE y cuya aprobación se iba a llevar al pleno extraordinario del 23 de mayo aprovechando la convocatoria para dar cuenta de la dimisión de Miguel Zaragoza como diputado. Con este panorama, el presidente de la Diputación ha bloqueado el plan de sostenibles, dotado con 30 millones de euros en su conjunto, para estudiar la situación legal y por «prudencia», según señalaron ayer fuentes del Palacio Provincial.

El peliagudo asunto de las «ayudas a dedo» ha estallado a César Sánchez en la mandíbula a un año de elecciones y Compromís no va a soltar uno de sus argumentos más potentes para dañar la imagen del PP. La situación ha tensado la negociación del plan de sostenibles con Compromís, que reclama que se retiren del mismo los siete millones de euros que hay destinados a ayudas nominativas, entre ellas las de Busot -que también tiene plan de obras en 2018-, La Nucía y Mutxamel. Este plan prevé, de forma global, un reparto de 30 millones de euros entre el llamado fondo de cooperación municipal, las obras por los destrozos de temporales y lluvias, las subvenciones a los municipios que quedaron fuera del último Plan de Obras de la Diputación y los siete millones en ayudas «a dedo».