El objetivo no es el frentismo entre autonomías, aseguran los líderes políticos y sindicales, pero la realidad es que la dinámica por la reivindicación de una mejor financiación del Estado está conduciendo a la conformación de una serie de bloques territoriales. Es también una estrategia de defensa ante las iniciativas que emprenden otros. Las autonomías del norte (Galicia, Asturias, Castilla y León y Aragón; dos gobernadas por el PP y dos por el PSOE) hace meses que firmaron una declaración conjunta por un modelo de financiación autonómica que no les perjudique y que consolide su estatus de regiones que reciben por encima de la media por su mayor dispersión de población y de servicios públicos.

En el otro extremo del país y de las condiciones socioeconómicas, han empezado a moverse. La Comunidad, la peor tratada por el sistema actual según el informe de los expertos del Ministerio de Hacienda, ha sellado su primera alianza con Baleares. La plataforma valenciana por una financiación justa (representantes de CC OO, UGT, PSPV, Compromís y Podemos; la patronal y Ciudadanos se abstuvieron) se reunió ayer en Palma con su homóloga de las islas. El objetivo era «diseñar una estrategia común de reivindicación» ante el Gobierno de Mariano Rajoy». Igual que el Consell respalda a la plataforma valenciana, el Govern balear hace con aquella. Parte de la delegación se reunió así con la presidenta de las islas, Francina Armengol.

La intención es ahora ampliar fronteras para aumentar la presión sobre la Moncloa. Los valencianos tienen ya encauzados encuentros con Andalucía y Murcia (Ximo Puig ya se reunió con el presidente murciano) . Las reuniones serán primero bilaterales. Después no se descartan a tres bandas incluyendo a Baleares. Lo que no se prevé es que el nuevo modelo llegue pronto, a pesar de la cita del Consejo de Política Fiscal. Y mientras, la Autoridad Fiscal, la Policía de Montoro, ratifica la falta de financiación y considera improbable cumplir el déficit en 2018.