El presidente de la Diputación de Alicante, César Sánchez, aprovechará para hacer «pequeños cambios» en su equipo tras la inminente salida del diputado de Bienestar Social, Miguel Zaragoza, que anunció en la noche del miércoles que en breve presentará su renuncia tras la dimisión del alcalde de San Fulgencio, Carlos Ramírez, que es su sustituto natural en la institución provincial.
Aunque oficialmente desde Presidencia se indicó que no hay nada claro-el propio gabinete del presidente zanjó ayer que no se ha previsto todavía una decisión y que los cambios, en caso de haberlos, serán «pequeños»-, todo apunta a que existen serias dudas de si el suplente de Zaragoza, Joaquín Lucas, presidente del PP en Catral y asesor de César Sánchez en la institución provincial, vaya a quedarse con un área tan compleja como la de Bienestar Social. Lucas entraría por ser el segundo suplente, ya que el primero, Carlos Ramírez, ha dimitido de su cargo ahora. El PP no quiso sustituir a Zaragoza, investigado por presuntas irregularidades en una clínica de Gran Alacant, por Ramírez al considerar que era peor el remedio que la enfermedad al estar el ya exalcalde de San Fulgencio inhabilitado por un juez.
Fuentes consultadas consideran que a un año de elecciones sería mas adecuado otorgar las competencias a un diputado con experiencia. El perfil más cercano a Zaragoza por las áreas tratadas es el de Mercedes Alonso, quien lleva Familia, Ciudadanos Europeos, Mujer, Igualdad Cooperación y el Instituto Alicantino de la Familia Pedro Herrero. Las competencias de Zaragoza son Bienestar Social, el Hogar Provincial y Centro Doctor Esquerdo, tres patas de calado para la Diputación Provincial sobre las que existen ciertos conflictos al tratarse de competencias asumidas por la institución que en realidad pertenecen al gobierno autonómico. Las discrepancias por ello están habladas, pero no resueltas del todo. César Sánchez ya ha dicho en reiteradas ocasiones que quiere seguir prestando estos servicios desde la Diputación, aunque este discurso fue un giro a la constante reclamación de exigir al Consell que asumiera lo que le pertenece. Es un área de peso en el equipo de gobierno, con uno de los presupuestos más cuantiosos.
