El año 2018 bien podría ser el de las reversiones de las concesiones sanitarias en manos de empresas privadas. A la recuperación ya ejecutada desde el pasado 1 de abril del departamento de salud de la Ribera se puede unir este año la del hospital de Dénia que gestiona Marina Salud. La mayoría accionarial la ostenta en un 65% la aseguradora DKV mientras el resto está en manos de Ribera Salud, la firma que acaba de perder la concesión de Alzira. Una vez completado el proceso de reversión en la Ribera, de momento con menos sobresaltos de los que se esperaba la Conselleria de Sanidad, el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, anunció ayer en las Cortes que antes del verano se realizarán las negociaciones «definitivas» para liquidar anticipadamente el contrato de Marina Salud que expira en 2024. Fuentes del Consell dan por hecho que el traspaso se realizará esta legislatura, incluso si es posible este año. La intención es rescatar las concesiones según llegue su vencimiento o se produzcan situaciones especiales, como ocurre en el caso de la Marina. Con la reversión en el área Sanitaria de Dénia se inicia un proceso que, en el caso de la provincia, afecta también a Elche y Torrevieja. Los tres departamentos con servicios de Sanidad privatizados.

Para la compañía DKV, propiedad de un grupo alemán, la concesión se convirtió hace tiempo en un dolor de cabeza por la elevada contestación social que la privatización generó en la Marina, algo que por imagen pública a la compañía no le interesa y es el factor esencial que animaría a la salida pactada. A ello se une que las aseguradoras están en retirada de las concesiones sanitarias desde el paso atrás de Adeslas en la Ribera en 2015. Incluso hace unos días, el consejero delegado de DKV, Josep Santacreu, admitió que si la presencia de la compañía ya no gustaba a la Generalitat estarían dispuestos a facilitar una salida, aunque la condición sería recuperar la inversión realizada. Con todo, la negociación está abierta y ya se han celebrado diferentes reuniones en la conselleria de Sanidad, aunque con el conocimiento del conseller de Hacienda, Vicent Soler, que es el que tiene que dar el visto bueno a la compensación que pueda pactarse o al precio de las acciones, que también dependerá de las liquidaciones que siguen pendientes.

El escollo más importante para el Consell podría estar en que Ribera Salud (35% de Dénia) quiere las acciones de DKV y tiene derecho de tanteo. Por ello, fuentes del Consell apuntan que es necesario un acuerdo que satisfaga a las tres partes y añaden que se ha esperado a consumar el proceso en la Ribera para dar el siguiente paso en la Marina. Afirman que el diálogo es clave. Lo que no quieren es repetir las situaciones de conflicto y tensión que se han sucedido en la Ribera desde hace años y menos la imagen de guerra abierta que la Conselleria de Sanidad y Ribera Salud han mantenido. Mientras, el grupo parlamentario Podemos exige que el Consell sea valiente y redoble esfuerzos para revertir la Marina a la sanidad pública de forma rápida. También reprochan al Consell que no haya recurrido el archivo de la causa abierta a la central de compras B2B ligada a Ribera salud como ha hecho Podemos.