El proyecto de Guanyar ya nació tocado en las municipales de 2015 y ahora tiene fecha de caducidad: las próximas elecciones locales que se celebrarán dentro de un año. La cúpula autonómica de Podemos tiene tomada la decisión de finiquitar las coaliciones instrumentales a las que se sumó en la anterior cita con las urnas y se presentará con su propia oferta a esos comicios de 2019. No hay vuelta atrás. La organización que lidera Antonio Estañ considera que la marca Guanyar está amortizada, especialmente, en casos como el de la ciudad de Alicante, donde se ha visto envuelta en un sinfín de polémicas y ha protagonizado algunos de los más graves episodios de inestabilidad de los últimos tres años. Podemos ofrecerá a EU que se integre, si quiere, en ese proyecto electoral que podría cuadrarse bajo el manto de Unidos Podemos -el mismo que se utilizó en la mayor parte de España para las dos últimas elecciones generales- pero con muchísimo menor peso y representación que hace ahora tres años.

La decisión lleva un tiempo perfilada sin ningún tipo de reparo ni duda pero sí diluida en medio, por ejemplo, de la crisis institucional y política que sacude a los socialistas en el Ayuntamiento de Alicante. Como norma general, la voluntad de la ejecutiva de Podemos es concurrir con su propia marca a esos comicios en todos los municipios donde se pueda elaborar lista. A diferencia de lo que ocurrió en 2015 cuando los morados optaron por esconderse en coaliciones para evitar desgaste a las puertas de unas elecciones generales a las que Pablo Iglesias quería llegar sin mácula en su expediente, Podemos está necesitado ahora de consolidar un espacio político propio desde la base municipal, en la que en estos momentos no está apenas presente. En plena caída electoral como reflejan las encuestas y en un territorio muy complicado por la importancia de una fuerza como Compromís que le disputa parte de ese espacio, la organización que encabeza Antonio Estañ intentaría apuntalar con esa operación un porcentaje propio de entre el 10 y el 15% de los votos para encarar con una cierta fuerza el próximo mandato de cuatro años tanto entrando en gobiernos como en la oposición, en función de cada una de las circunstancias y de los resultados.

Decidido que la marca Podemos será hegemónica en la oferta electoral, el otro gran interrogante es la integración de EU toda vez que, aunque se hará una oferta de diálogo, todos dan por seguro que Compromís optará por concurrir en solitario tanto a las elecciones municipales como a las autonómicas. La dirección morada se abrirá a que EU participe en sus listas. Así quedó especificado en la consulta a la militancia que ha realizado Podemos para preguntar por sus alianzas electorales para 2019 con «otras fuerzas del cambio». Para los comicios a las Cortes, lo avalan más del 90% de los 8.415 apuntados a la formación que han participado en la votación interna. También se considera esa posibilidad en el caso de las municipales. En la ciudad de Alicante -donde la formación ya se ha desvinculado de facto de Guanyar- le dieron su visto bueno el 81% de los participantes -541 votos- y en Elche un 86%, lo que supone un respaldo de 270 inscritos. Los morados ofrecerán a EU, pendiente de un proceso interno por el control de la organización con aspirantes favorables y contrarias a esta fórmula, que se incorpore bajo el paragüas de Unidos Podemos pero con mucho menos poder y menos presencia que en 2015. Ahora la organización que encabeza Antonio Estañ aspira a los puestos de relevancia en esas candidaturas.

La componenda que Podemos y EU se inventaron no sólo en la ciudad de Alicante sino también en numerosos municipios de la provincia para concurrir a las elecciones locales de 2015 sin desgastar sus siglas, en el primer caso, y para evitar la desaparición, en el segundo, sólo sirvió para salvar, al menos en el ámbito municipal, a EU. Así ocurrió en la ciudad de Alicante -cinco de los seis concejales que logró la lista son militantes de Esquerra Unida- o, sin ir más lejos, en la Diputación, donde la coalición logró un escaño gracias casi en exclusiva a los votos de Podemos. En la jornada electoral de 2015, como se recordará, miembros de la lista de Guanyar procedentes de EU la vinculaban sin ambages en la ciudad de Alicante a los morados. Donde EU se presentó en solitario, como a las autonómicas, o en algunas localidades, la formación participada por comunistas y grupos de izquierdas independientes fueron borrados casi por completo del mapa.

Era una sigla instrumental para Podemos y, a su vez, una marca blanca de Esquerra Unida que, como ocurrió en la capital alicantina, consiguió copar no sólo los puestos clave de la candidatura sino que también marcó por completo la línea política mientras los morados ponían el foco en las elecciones generales. Eso ya no se quiere repetir porque, entre otras cosas, en Podemos consideran que el proyecto de Guanyar, poniendo siempre como ejemplo el caso concreto de la capital alicantina, se ha «quemado» y en estos momentos está liquidado como marca política. Podemos quiere liderar a partir de las elecciones de 2019, a diferencia de lo que ocurrió hace tres años, sus propios grupos municipales con la idea, además, de consolidar estructuras locales mucho más potentes -ahora no las tiene- y como primer paso para tratar de frenar el retroceso electoral que viene sufriendo durante el último año con EU, si se quiere sumar, en un segundo plano. Un movimiento político que pondrá punto y final, al menos en la Comunidad Valenciana, a ese fallido experimento llamado Guanyar.