La presunta financiación irregular del Bloc en 2007, principal partido de Compromís -la coalición socia del PSPV en el gobierno valenciano que preside Ximo Puig-, ha puesto en la picota al presidente de las Cortes Valencianas, Enric Morera, segunda institución autonómica por detrás del presidente de la Generalitat, Ximo Puig, y a su jefe de gabinete, Lluís Miquel Campos, quien figura en la investigación policial y quien tuvo un enorme peso en el partido en la etapa investigada. Campos estuvo muy ligado a Pere Mayor -al que sus críticos colocan al frente de la vieja guardia nacionalista- como también lo estuvo Morera, exsecretario general del Bloc entre 2003 y 2016 y que se distanció de Mayor hace ahora dos años en la última batalla interna en la firmación.

La dirección del Bloc que lidera Àgueda Micó ya está revisando papeles y comprobando si hubo irregularidades, como apunta la investigación de la Policía. Y es que si las hubo, los nacionalistas aprovecharán no solo para depurar responsabilidades, sino para mirar hacia esa vieja guardia del partido que durante años funcionó controló toda la estructura del partido y sobre la que Campos tenía un control casi absoluto. La vicepresidenta del Consell y coportavoz de Compromís, Mónica Oltra, recordó un día antes al salir a la luz la presunta financiación irregular del Bloc que no ve que los hechos investigados tengan relación con esta marca electoral ya que la coalición, socia del gobierno valenciano actual, «se fundó muchos años después».

Por su parte, el portavoz de Compromís en la Diputación de Alicante y destacado militante del Bloc, Gerard Fullana, señaló que su formación política está para «marcar las diferencias con el PP» y afirmó que si se prueba que hubo alguna empresa que pagó ilegalmente al partido, «nosotros sí depuraremos responsabilidades».