El PP decidió aprovecharse ayer de uno de los momentos más delicados del Govern del Botànic, sacudido por una evidente atmósfera de tensión. Y lo hizo, por boca de su secretaria general en la Comunidad, Eva Ortiz, en dos direcciones: en primer lugar incidiendo en esa imagen de división al aseverar que los cambios en el segundo escalafón del Consell aprobados el viernes, y que afectan en su totalidad a áreas del PSPV como Sanidad, Hacienda y Economía, «habían pillado por sorpresa a Compromís».

Y en segundo lugar, difundiendo la imagen de un president débil: «Si Ximo Puig tuviera algo de autoridad haría cambios en las consellerias y no en las direcciones generales».

Tal premisa le sirvió a Ortiz para realizar además una lectura muy crítica del gabinete de Puig, comenzando por la propia vicepresidenta, Mònica Oltra «que emplea su tiempo en ir de gira por las televisiones mientras los centros de menores que dependen de ella se convierten en titulares escalofriantes». Y siguiendo por otros consellers como la de Sanidad, Carmen Montón -la solución laboral al Hospital de la Ribera es uno de los puntos de fricción entre socialistas y valencianistas- a quien responsabilizó de «una caótica reversión del modelo Alzira encima».

Del conseller de Economía, Rafa Climent, dijo Ortiz «que deja olvidados a los autónomos, pide 20 años para un modelo industrial y no ejecuta el presupuesto»; del titular de Educación , Vicent Marzà, «que ha hecho del sectarismo su bien más preciado»; y de Manuel Alcaraz «que de tanto hablar de Transparencia se ha convertido en transparente y es absolutamente prescindible».

«Una página oscura»

La réplica a Ortiz la dio el síndic del PSPV en las Cortes Valencianas, Manolo Mata, quien lamentó que la secretaria general del PPCV «siga sin darse cuenta de que la única remodelación que necesita la Comunidad es la de su propio partido por lo que antes que dar lecciones de gestión a los socialistas lo que debe de hacer es desprenderse de todos sus cargos corruptos e imputados por corrupción». Mata subrayó que mientras el Consell de Puig tan denostado por los populares es «transparente y limpio», los gobiernos del PP «han acabado mayoritariamente desfilando por los tribunales e incluso encarcelados».

En esta línea, el dirigente socialista le recordó tanto a Ortiz como a la presidenta de los populares valencianos, Isabel Bonig, que «son las jefas directas, las máximas responsables y las principales herederas de un partido que sigue teniendo a más de un centenar de cargos imputados o condenados por prevaricación, fraude fiscal, falsedad documental, cohecho, tráfico de influencias, blanqueo o apropiación indebida». «Remodelación es lo que necesita el PPCV para dejar atrás la época más oscura de esta Comunidad y para que no tengamos que seguir viendo cómo dirigentes condenados o imputados siguen defendiéndose unos a otros», concluyó Mata.