Sin algabarías, con cierto optimismo y con mucha consciencia de que llueve sobre mojado. Esos son los ánimos que se respiran en el Consell respecto a las inversiones que el Estado destinará a la Comunidad Valenciana en los Presupuestos Generales para 2018 que se presentarán a mediados de la semana que viene. El gobierno valenciano cree que esta vez las inversiones mejorarán respecto al año pasado, un año que fue tan malo para las inversiones territorializadas que, sostienen, difícilmente puede ir a peor. El Ejecutivo central recibió tantos varapalos por el trato a la Comunidad Valenciana en las cuentas de 2018 -hasta el exministro y diputado alicantino por el PP, José Manuel García Margallo, las criticó- que el delegado del Gobierno en la Comunidad, Juan Carlos Moragues, buscó una respuesta a tanta munición anunciando que los valencianos recibirían ese año 851 millones de euros más que el ejercicio anterior a través de la financiación ordinaria, es decir, en el sistema de financiación. A cultivar esa cierta esperanza de mejora en las cuentas de 2018 contribuye que este es un año preelectoral y la Comunidad un feudo del PP que los populares se han propuesto recuperar.