Dos exempleadas de la empresa Orange Market, la filial valenciana de la trama Gürtel que organizó eventos y actos electorales para el PP de la Comunidad Valencian en 2007 y 2008, afirmaron ayer que su superior, el que fuera contable de la mercantil, Cándido Herrero, les ordenó hacer modificaciones en las facturas.

Así lo aseguraron las dos extrabajadoras que han comparecido como testigos en el juicio que se está celebrando en la Audiencia Nacional por la presunta financiación ilegal del PP, liderado entonces por el expresidente de la Generalitat Francisco Camps.

Ambas han destacado que no tenían conocimiento de cómo se realizaba el pago ni el cobro de los servicios prestados por Orange Market, a cuyo frente en Valencia se encontraba Álvaro Pérez, El Bigotes, acusado por estos hechos junto a exdirigentes populares y miembros de la trama. «Yo no tenía potestad por mí misma de cambiar las cosas, lo haría porque alguien me lo diría», precisó una de las testigos al ser preguntada por la Fiscalía Anticorrupción sobre el motivo por el que modificó el contenido de alguna de las facturas emitidas por Orange Market.

Sin instrucciones

La testigo también destacó que el despacho de Asesoría de Ramón Blanco Balín, también acusado, no dio ninguna instrucción de cómo elaborar dicha documentación, que tan sólo la enviaba a su oficina en Madrid, tal y como se la pedían.

En este sentido, confirmó lo que ya explicó el contable de Orange Market, Cándido Herrero, que al principio se enviaba al despacho del considerado «blanqueador» de la Gürtel las fotocopias de las facturas y que, después, se les remitían directamente hojas Excel donde se anotaban todos estos datos.

Programa específico

La otra extrabajadora de Orange Market ha precisado que la empresa contaba con un programa concreto de facturación que estaba instalado en el ordenador de Herrero. Una aplicación a la que entró tan sólo en una ocasión «muy puntual» para hacer una modificación porque un superior, a quien no recuerda y descarta que sea el contable porque no podía hablar al estar operado de la garganta, se lo indicó por teléfono.

La testigo explicó que ella consideraba sus jefes a Herrero y a Pérez, a los cuáles se dirigía dependiendo del asunto en cuestión. Es decir, si tenía que ver con la «contabilidad» o la «contabilización» consultaba al contable, ya que él era el encargado de realizar la facturación. Pero si el tema tenía que ver con la organización de los actos, como la creatividad de los eventos, hablaba con El Bigotes.

Esta testigo añadió que no pensaba que el 'cabecilla' de la trama Gürtel, Francisco Correa, y su número dos, Pablo Crespo, fueran sus jefes porque cuando Álvaro Pérez se los presentó lo hizo como «amigos suyos que tenían empresas similares y no como sus superiores».

Ayer también declaró como testigo el consejero delegado de la empresa deportiva Kelme, Carlos Gonzalo García, quien negó tener algún tipo de relación comercial con Orange Market.

Gonzalo fue citado a comparecer en relación a una conversación telefónica en la que Pérez informaba a Crespo de que el exvicepresidente del Gobierno valenciano Vicente Rambla le había indicado que contratase con la empresa de la trama Gürtel para relanzar la empresa.

Según ha explicó García, eso ocurrió en un momento en el que se convirtió en responsable del «día a día» de la empresa deportiva por la situación de gravedad que pasaba tras la dimisión del exdirector general Benjamín Clarí por las sospechas que la sociedad propietaria de Kelme tenía sobre su gestión.

En este contexto, Pérez, al que conocía de esperar juntos al bus para llevar a sus hijos al colegio, le aconsejó, «a modo más de anécdota que de propuesta», que hiciese un «macroevento» en el que hubiese «muchas mujeres que hicieran fitness, con monitoras y grabados desde helicópteros», recordó.

«Era una idea, una conversación de parada autobús», señaló al mismo tiempo que agregó que nunca se llegó a hacer, ya que su «mayor preocupación» era poder pagar las nóminas de los empleados.

El directivo de Kelme subrayó que conoció la posible trascendencia de esa conversación cuando estalló la trama Gürtel en 2009 y vio en los medios de comunicación que según le dijo Pérez a Crespo, Rambla «había llamado a un papá de la parada».

«Es falso», precisó antes de negar haber hablado alguna vez con el expolítico valenciano. Para García, la relación con «El Bigotes era «tan superficial que no sabía ni como se llamaba ese papá».

La hora de los peritos

El juicio por la financiación ilegal de la formación conservadora continúa hoy con la declaración de seis funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía adscritos a la Sección Técnica de la Unidad de Investigación Tecnológica de la Comisaría General de la Policía Judicial que comparecen en calidad de testigos. También ha sido citados otros tres peritos-testigos: Ricardo Camarena, Pedro José Ferrer y Luis Bailón.