Once pueblos de la provincia de Alicante se han quedado este año sin el Plan provincial de Cooperación a las Obras y Servicios Municipales, conocido como el «Plan de Obras» de la Diputación, el proyecto inversor más importante de cuantos distribuye la institución alicantina en sus presupuestos. De las 68 solicitudes planteadas por los municipios alicantinos, once han quedado en la reserva, todos pequeños pueblos dirigidos, «casualidad» política, por gobiernos de izquierdas. Entre los pueblos que no han podido acceder a las ayudas del Plan de Obras -solo podrían hacerlo ahora si se produjeran bajas en la adjudicación de proyectos o una anulación- se encuentra Algorfa, con el socialista Manuel Iván Ros al frente y que solicitó 700.000 euros para un pabellón deportivo, un proyecto similar al que se adjudicó mediante una ayuda «a dedo» al pueblo del vicepresidente de la Diputación, Alejandro Morant.

El también diputado de Hacienda y alcalde de Busot logró para su municipio una subvención directa -sin concurrencia pública- de 800.000 euros financiada al cien por cien por la institución provincial, una polémica ayuda que una juez de lo Contencioso de Alicante ordenó suspender de forma cautelar tras una denuncia de Compromís. Tanto Busot como La Nucía y Mutxamel tendrán que renunciar próximamente a estas ayudas «a dedo» para someterse a la nueva ordenanza de la Diputación surgida del último pleno ordinario tras pactar el PP con el PSOE una nueva normativa que en la práctica cambia muy poco y que permitirá a Busot recibir la ayuda tal y como estaba anteriormente. Además de la ayuda directa, Busot percibe también este año 400.000 euros de la Diputación por el Plan de Obras.

En el caso de Algorfa, si se le hubiera otorgado la subvención del Plan de de Cooperación a las Obras y Servicios Municipales, el municipio tendría que hacerse cargo de un porcentaje del proyecto (el 20% de su coste), mientras que las ayudas nominativas concedidas de forma directa eximen a los pueblos anteriormente citados de hacerlo. Además de Algorfa, se ha excluido a Biar, Benitaxell, El Verger, Agost, Muro de Alcoy, Pego, Cocentaina, Guardamar del Segura, Rojales y Benissa, todos ellos en manos de gobiernos socialistas, de Compromís o mixtos de izquierdas. En el caso de Benitatxell gobierna un exmiembro de Compromís -Josep Femenia- que se presentó como independiente y que ahorase ha enrolado en el proyecto de Demòcrates Valencians, un partido de nuevo cuño de corte valencianista para las elecciones de 2019.

Llama la atención el caso de Benissa -gobernado por un tripartido formado por Reiniciem, PSPV-PSOE y Compromís- que se quedó el año pasado sin Plan de Obras. La localidad impugnó, además, las ayudas «a dedo», convirtiéndose en el primer y único ayuntamiento que plantaba cara al reparto de las nominativas en la institución alicantina. El mismo consistorio se encargó de justificar que el recurso contra las últimas subvenciones «a dedo» no era una pataleta por quedarse fuera del plan provincial de obras y servicios el año pasado, así que la decisión de volver a dejarlo fuera no ha sentado nada bien en este consistorio de la Marina Alta al llover sobre mojado.

La Diputación Provincial sufragará en conjunto el 72% de las obras incluidas en el Plan de Obras y Servicios con una aportación de 13,7 millones de euros, asumiendo el resto los ayuntamientos beneficiados. En total, 57 municipios se beneficiarán de proyectos por importe de 19 millones de euros. El plan contó con el visto bueno el pasado miércoles de la comisión de Hacienda, pero con los únicos votos a favor del PP y del diputado tránsfuga Fernando Sepulcre, mientras que el resto de grupos de la oposición optaron, de momento,por la abstención. Está pendiente de ser elevado al pleno para su aprobación.