Proyectos Temáticos entra en disolución. La empresa pública con sede en Alicante a través de la que la Generalitat organiza la Volvo Ocean Race se encuentra en uno de los supuestos por los que la ley marca la posibilidad de suspender su actividad después de tener que ajustar de nuevo su balance a la baja con otro «agujero» de 108 millones -unos 18.000 millones de las antiguas pesetas- que se arrastra todavía de la gestión del PP en el Consell. Su capital social, después de limpiar las cuentas dando por perdido un préstamo de 46,8 millones al aeropuerto de Castellón y de rebajar a la mitad en 61,5 millones el valor de la Ciudad de la Luz, se ha quedado en poco más de 15 millones. La Generalitat tendrá que salir al rescate de la sociedad para que pueda continuar con iniciativas como la Volvo o el desarrollo del «Distrito Digital» -un centro de economía tecnológica- ya que, de lo contrario, en el plazo de dos meses se tendría que disolver.

Cuando se produjo el relevo en la Generalitat en 2015, una de las instrucciones del conseller de Hacienda, Vicent Soler, al equipo que se hizo cargo de Proyectos Temáticos con Antonio Rodes al frente fue, precisamente, poner orden en la contabilidad de la sociedad pública creada en su día durante el mandato de Eduardo Zaplana para gestionar las grandes iniciativas de ocio del Consell, una de las políticas estratégicas del PP para intentar generar actividad económica. El caos financiero que dejaron los populares en la mercantil autonómica cuando Alberto Fabra tuvo que abandonar el Palau de la Generalitat era de tal calibre que durante ocho años los auditores de la sociedad -Mazars entre 2009 y 2014, Rusell Bedford en 2015 y Abante en 2016- se negaron a emitir opinión sobre los balances de Proyectos Temáticos . Por una razón principal: las números de una mercantil sustentada con dinero público no reflejaban la realidad. El valor de la empresa estaba hinchado para maquillar un agujero contable de proporciones astronómicas.

Así que una de las principales tareas de la gestión de la mercantil desde 2015 pasaba por clarificar las cuentas. Como ya publicó este periódico, Proyectos Temáticos ya borró de su balance correspondiente a 2016 un total de 78,1 millones al dar de baja iniciativas fallidas que se quedaron en maquetas presentadas en pomposos actos públicos y que se remontan también a la etapa del PP como la Esfera Armilar en València, la Ciudad de las Lenguas y el Centro de Convenciones de Castellón, el parque cultural de San Vicente del Raspeig o el Palacio de Congresos de Alicante. Además se realizó un reajuste a la baja en el valor de los terrenos ubicados junto al parque temático Terra Mítica y del Centro Cultural de Benidorm, una obra iniciada hace más de una década, paralizada durante las legislaturas del PP en el Consell y que el presidente Ximo Puig ya se comprometió en su momento a retomar.

Pero esa primera operación de limpieza de 78,1 millones no era todavía suficiente. Los auditores seguían sin poder emitir opinión sobre las cuentas por otras tres «patatas calientes» sin resolver heredadas de la gestión del PP: el dudoso cobro de los préstamos que Proyectos Temáticos había concedido al aeropuerto de Castellón, el cálculo real del valor de la Ciudad de la Luz y el coste de las compensaciones por las expropiaciones para construir el complejo cinematográfico alicantino, declaradas en su día nulas por el Supremo y que aún hoy ha sido imposible desentrañar. Esta reformulación de los balances de Proyectos Temáticos afectaría, finalmente, a las dos primeras cuestiones. Borrar 46,8 millones de los préstamos concedidos al aeropuerto de Castellón que con esta decisión se dan definitivamente por perdidos. Y rebajar a la mitad -de 123 millones a 61,5- la valoración de la Ciudad de la Luz. Casi 170 millones en activos que se quedan en apenas 61,5. Otro «agujero» de 108 millones en la contabilidad de Proyectos Temáticos.

Esta nueva limpieza de los balances ya ha permitido a los auditores poder emitir, después de ocho años, su opinión sobre los activos de la empresa pública a la vista de que, con la única salvedad de los terrenos del entorno de la Ciudad de Luz pendientes de una complicada maraña legal que impide ejecutar la sentencia, se están realizando las tareas necesarias para aclarar los balances en el menor tiempo posible. Pero, sin embargo, la supresión de activos fallidos ha generado un nuevo problema. Proyectos Temáticos ha entrado en uno de los supuestos de disolución que prevé la ley. Su patrimonio neto, después de este último ajuste, se ha quedado en 15,6 millones cuando tiene un capital social de 209,3 millones. La Ley de Sociedades determina que una mercantil incurre en causa de disolución cuando el patrimonio está por debajo del 50% de su capital social. Y ese porcentaje, como se evidencia con los datos, es muy inferior a día de hoy en el caso de Proyectos Temáticos. De no solucionarse, la firma tendría que iniciar su disolución en un plazo de dos meses. Este escenario tan complejo en el que se encuentra la sociedad por la herencia de la gestión del PP obligará a la Generalitat a salir al rescate de una empresa que, en estos momentos, es clave para Alicante con eventos como la Volvo Ocean Race o iniciativas para una salida a la Ciudad de la Luz como el «Distrito Digital» o el centro de investigación del envejecimiento. Y por eso Proyectos Temáticos continuará adelante.