El primer barómetro demoscópico elaborado por el Consell del Botànic destapa una evidencia. Hay una percepción generalizada de que se arrastra un problema en la relación de la Comunidad Valenciana con España. Existe una visión clara, como se recoge en los datos, de que el Gobierno de Madrid no reconoce a los valencianos como corresponde. Y eso queda meridianamente claro en la parte del estudio que analiza la atención que, en opinión de los encuestados, se concede desde el Estado a las reivindicaciones del Consell. ¿Trato que recibe la Comunidad? Para casi un 40% es malo o muy malo y sólo para un 14,4% es bueno o muy bueno. ¿Mejor o peor que con otras autonomías? Sólo un 2,4% cree que es mejor y casi un 46% considera que es peor. ¿Inversiones? Un 46,2% considera que nos tratan peor que al resto y sólo un 3% mejor.

Un porcentaje que es mucho mayor cuando se pregunta por la financiación autonómica, uno de los principales asuntos de la agenda política de la Comunidad. Únicamente lo citan el 2,1% de los ciudadanos entre sus preocupaciones. Sin embargo, la mayoría -cerca de un 43%- considera que el Consell necesita más recursos. E igualmente, el 51,5% cree que el gobierno central trata peor a la Comunidad que a otras autonomías en materia de financiación. Estos datos reflejarían que el «problema valenciano» de Ximo Puig ha conseguido una cierta penetración social aunque són, obviamente, las cuestiones más cercanas las que se citan las primeros en la lista de preocupaciones cuando se pide contestación espontánea.

Esa exigencia a Madrid de justicia en lo que corresponde a la Comunidad no se ha traducido, sin embargo, en una visión más radical de la sociedad valenciana, como sí sugieren el PP o Ciudadanos que apuntan a un escenario como el de Cataluña en los 90. Todo lo contrario. Sigue primando, en niveles parecidos a los de barómetros anteriores, la «doble lealtad» a la Comunidad y al Estado. Una inmensa mayoría -alrededor de un 61% de los encuestados- se declara tan valenciano como español. Además un 34% considera que el Consell debe mantener el actual nivel de autogobierno que ofrece el modelo autonómico. No menos pero tampoco más. Sólo un 10%, de hecho, secunda la posibilidad, una de las grandes propuestas del presidente Ximo Puig, de caminar hacia un sistema federal. Ni siquiera hace mella la situación catalana. Nadie lo cita entre sus problemas cuando para el CIS inquieta casi al 15 % de los españoles. «Es un problema en España, no en la Comunidad», comentó Puig.