Menos preocupados por la corrupción y más por el desempleo y la sanidad. Los temas sociales se han convertido en la principal inquietud de los valencianos, según el Barómetro 2017 de la Generalitat, presentado ayer y que indica a su vez que la corrupción es un elemento que, pese a ser el tercero en el listado de problemas que perciben los ciudadanos, se ha diluido y que a día de hoy está muy distante del principal foco de preocupación: los niveles de desempleo. La encuesta, realizada durante el pasado diciembre, está elaborada a partir de 2.016 entrevistas -687 en la provincia de Alicante- con un margen de error del 2,2%. El documento se presentó en el Palau con el titular de la Generalitat, Ximo Puig, acompañado por la vicepresidenta Mónica Oltra, y el director general de Análisis, y Políticas Públicas, Julián López Milla, que ha sido a su vez el coordinador del trabajo.

El barómetro señala que el paro es la principal preocupación. Así lo creen el 66,1% de los valencianos encuestados, prácticamente el mismo porcentaje que en 2015, en plena escalada de investigaciones contra el PP, valoró que la corrupción era uno de los problemas más graves de la Comunidad. Para el 59% de los encuestados, además de considerar el empleo un problema, el impulso de las políticas activas para generar puestos de trabajo debería ser la prioridad del Consell. El documento revela que la Sanidad es el segundo asunto clave con la reducción de las listas de espera como principal reclamación. La corrupción pasa a ser el tercer problema para el 25,3% de los valencianos, diez puntos menos que la media de España que fija el CIS y menos de la mitad que hace tres años cuando, en el final del mandato del PP, preocupaba a un 60%.

La educación, con el 21%, escala hasta el cuarto lugar con tres exigencias fundamentales. Por este orden, la reducción de las tasas universitarias, la contratación de profesores y la enseñanza en inglés. La cuestión lingüística es el un problema para solo un 1,9% de los encuestados, algo que Ximo Puig interpreta como la evidencia de que la batalla del valenciano es una cuestión ya superada. El sistema de financiación autonómica -uno de los principales asuntos en la agenda del Consell con una repercusión directa en todas las políticas del gobierno valenciano- preocupa, en las respuestas espontáneas, a solo a un 2,1% de los ciudadanos aunque un 42,8% considera que la Generalitat necesita de más recursos del Estado para tratar de resolver los problemas a los que se enfrenta.

La acción política más conocida del ejecutivo es la supresión del copago farmaceútico y en segundo lugar la universalización de la sanidad pública. Un porcentaje menor valora el plan para la gratuidad de libros de texto «Xarxa Llibres» y algo menos, un 13,5%, conoce las mejoras en la financiación local a través del Fondo de Cooperación. En cuanto a la situación económica, para el 45,9% se mantiene igual. La gestión del gobierno valenciano es avalada por el 27% y suspende para casi el 20%. El 47,9% la considera «regular». Puig valoró que hay un «cambio de percepción de los valencianos» y que se ha «superado la hipoteca del pasado». Para Oltra el barómetro muestra cómo las prioridades del Consell entroncan con las de la ciudadanía.