Los vecinos afectados por la emisión de partículas a la atmósfera en el movimiento de graneles del Puerto de Alicante recibieron con desolación el cese de Julià Álvaro como secretario autonómico de Medio Ambiente. Resultado de la batalla campal que se vive en la Conselleria de Agricultura desde hace unos meses -y no sólo en Medio Ambiente-, y que deja a las familias que viven en el entorno sin su principal valedor en la cruzada porque el Puerto cuente las naves cerradas para mover graneles. Infraestructura que ha impulsado Álvaro con su colaborador inmediato, Joan Piquer, que continuará en el cargo, como confirmó la vicepresidenta Mónica Oltra durante la comparecencia posterior a la reunión del Consell.

Los vecinos han visto en poco menos de dos meses luz en cuanto a los graneles, y también el adiós de sus principales aliados en la Administración. Primero el edil de Guanyar en Alicante, Miguel Ángel Pavón, tras abandonar el gobierno municipal, y ahora Julià Álvaro, secretario autonómico, que el martes tenía previsto reunirse con la Plataforma de Afectados para explicar los detalles de la operación naves cerradas. La exigencia sigue en vigor pero atentos el cambio de rumbo que puede producirse en la Conselleria de Medio Ambiente. No es el único proyecto, aunque con otro signo, que estaba pendiente de la gestión de Julià Álvaro como número dos de ese departamento. Como se recordará, el ya exalto cargo se mostró en contra de inversiones como la de un teleférico en Benidorm, durante una presentación que sí contó con la presencia del secretario autonómico de Turismo. Y, finalmente, el dirigente ecologista se marcha sin ejecutar el plan de residuos, que ya dejó sin desarrollar el PP. Hace unos días, cuando este periódico publicó las fotos de las basuras sin tratar que llegan a la planta de Xixona, Álvaro no fue capaz de encontrar una respuesta, lo que evidencia que ese plan está todavía en una fase embrionaria de ejecución.

Las polémicas como el sistema de envases, los frenos a inversiones o el plan de residuos son cuestiones que además llevaban directamente a Compromís a un terreno electoralmente muy resbaladizo y comprometido, como que se le vincule ante la opinión pública como el socio radical del Consell. La coalición no cree que ello vaya a suponerle un coste electoral. Consideran que fuera de las siglas de Compromís no hay espacio. El censo verde de la formación es de un centenar de personas. La mayoría, ligada a Esquerra Ecologista, seguirá en la coalición, como los dos diputados verdes en las Cortes Valencianas, Juan Ponce y la eldense Cristina Rodríguez.