El Consell ha decidido cortar por lo sano. No quiere más choques ni intrigas palaciegas en la sensible área de Medio Ambiente. En el conflicto abierto hace meses entre la consellera de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural, Elena Cebrián, y el secretario autonómico de la parcela medioambiental, Julià Álvaro, también líder de Verds-Equo y coportavoz de Compromís, gana la consellera. Cebrián se ha impuesto con el apoyo decidido de la vicepresidenta, Mónica Oltra, que ayer hizo oficial la destitución, una decisión adoptada el jueves por la tarde. El detonante se produjo en la reunión del segundo escalón del Consell para preparar las cuestiones a tratar en el pleno del viernes. Oltra tuvo cerrado el nombre del sustituto, Fran Quesada, casi a medianoche.

Álvaro, que estaba en la cuerda floja, llevó a esa reunión una iniciativa sobre residuos que no había consensuado con Cebrián, su superior jerárquica. Era una iniciativa personal, ni mucho menos la primera. Era su forma de actuar. Según las fuentes frecuentemente acudía al Consell con iniciativas que Cebrián desconocía o que aún no tenían su beneplácito. Oltra, madre política de la consellera, una técnica que llegó de Madrid con el equipo en Medio Ambiente ya hecho y la iniciativa política en manos de Álvaro, decidió cortar por lo sano tras meses de desencuentros. Iniciativas como el Sistema de Depósito, Devolución y Retorno (SDDR), el freno a inversiones o decisiones sobre los residuos que Verds-Equo quería acelerar convertían a Álvaro en un elemento incómodo a ojos del Consell. El relevo se produce, además, apenas una semana después de desvelar este diario el escándalo de las basuras que llegan a la planta de Xixona sin tratar, al que el número dos de Medio Ambiente se mostró incapaz de dar una respuesta.

El ya exsecretario había recibido numerosos apercibimientos, incluso de la ejecutiva de Compromís, en los que se le advertía de que no podía llevar la iniciativa política. «Mil veces se lo hemos dicho», apuntan. Incluso en los últimos tiempos se le había pedido que optara por un perfil más bajo ya que el Consell quiere evitar conflictos al considerar más que probable en las condiciones actuales que el tripartito (PSPV, Compromís y Podemos) pueda gobernar de nuevo tras las elecciones de 2019.

Pero Verds-Equo, como ayer informó este diario, no estaba dispuesto a quedarse de brazos cruzados porque entiende que una vez ha alcanzado el poder tiene que poner en marcha sus políticas por muy arriesgadas y radicales que puedan parecer. Hace apenas unas semanas, Álvaro desveló en su blog personal, con el que solía traer de cabeza al Consell y a la dirección de Compromís, una inversión de la firma azulejera Keraben para crear unos 70 empleos tras una inversión de unos 15 millones. Presidencia de la Generalitat montó en cólera. Quién se cree un secretario autonómico para anunciar por su cuenta y riesgo decisiones estratégicas de empresas en la Comunidad, vinieron a reprocharle. El propio presidente, Ximo Puig, se había quejado en privado de decisiones de la conselleria a instancias del núcleo duro de la formación ecologista que comportaban freno o bloqueo de actuaciones. Julià Álvaro respondía que había falta de personal.